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viernes, 28 de agosto de 2020

Cinque Terre: los principales pueblos costeros en Italia.

Cinque Terre: los principales pueblos costeros en Italia.

Cuando viajamos a Italia soñamos con las grandes ciudades “de siempre”: Roma, Florencia y Venecia. Con suerte tendremos la curiosidad de ir a Milán o Turín. Pero más allá con el corazón y espíritu viajero llegaremos a la zona que integra los pueblos de Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore. Vale la pena darse una escapada desde Roma o Florencia. Viajar en tren le tomará dos horas y media horas llegar a la provincia de La Spezia, bañada por el mar de Liguria.

Monterosso al mare: “Monterosso al mare” es una antigua ciudad que se encuentra en las costas de la Liguria, es uno de los cinco pueblos que conforman las bellísimas “Cinque Terre”, famosísimo parque nacional Italiano. Entre los cinco pueblos, Monterosso al mare es el más capacitado para recibir turistas pues contiene el mayor número de servicios, hoteles, restaurantes y negocios;  sin embargo, es el pueblo más “sencillo” de Cinque Terre. Si visita las Cinque Terre, le recomiendo que empiece por Monterosso pués es el primero entre los cinco pueblos, ubicado en la extremidad norte. Monterosso al mare es pequeño, se recorre caminando, y si su estadía en Cinque Terre es de dos días considero que el tiempo a dedicar para recorrerla es poco menos de medio día. Atracciones:  La estatua “Il Gigante” es el símbolo de Monterosso al mare, ubicado en la parte moderna del pueblo, es una estatua imponente que representa al dios de los mares: Neptuno, realizada en el año 1910. La Torre Aurora construida en el siglo XVI para prevenir ataques bárbaros, la loma en que se encuentra la torre divide a Monterosso en dos partes: la parte vieja y la moderna. Las vistas desde aquí son bellísimas. El centro histórico del pueblo se conoce perdiéndose por las callecitas del casco antiguo, llamadas “Carruggi” y, si lo desea, degustando un buen vino di “Sciacchetrá”, un vino típico de excelente calidad. La Iglesia de San Juán Bautista y los oratorios están ubicados en el casco histórico, son bellísimas capillas del siglo XIV muy bien conservadas. Si desea dormir en Cinque Terre, Monterosso al mare es uno de los mejores pueblos donde hacerlo, siendo el pueblo más amplio ofrece mayores opciones de alojamiento, incluyendo amplios hoteles 3 y 4 estrellas. En Monterosso al mare encontrará los mejores precios durante temporada baja/media. Monterosso también es la mejor zona donde alojarse si desean disfrutar de las playas de Cinque Terre, en este pueblo contará con amplias playas de arena fina y amarilla. Pueden llegar a Monterosso al mare por tren, barco o coche. De las tres opciones la más recomendada es el tren, porque le deja justo frente a la playa, a pocos pasos del centro histórico. Además con el billete “Cinque Terre Express” pueden visitar todos los pueblos de Cinque Terre por día en tren a 16€ euros.


Vernazza: Vernazza es otro de los pueblos de Cinque Terre (Patrimonio Unesco de la Humanidad), cuya torre coronando sobre lo alto sirve para distinguirlo. Los asentamientos iniciales fueron fundados por familias romanas de origen esclavo liberadas, “Gens Vulnetia“. Vernazza se enroca sobre la costa al final del torrente Vernazzola, que como una rambla hoy cubierta desembocaba en el mar. Numerosos artistas italianos pintan las fachadas de Vernazza. El ambiente marinero se palpa con la presencia de un pequeño puerto con su rampa por donde las pequeñas embarcaciones se subían a la plaza principal, donde arcos, logias y portales aún recuerdan su pasado. La plaza se llena de gente, que pertrechada con helados, bebidas y focaccias se sientan como figuras diminutas de un cuadro de casas coloreadas. Al igual que el agua del torrente, los que llegan a Vernazza, sea en tren sea a pié llegando por el sendero azul desde Monterosso o Corniglia son conducidos a la plaza por pequeños callejones. El castillo de los Doria: Sirve para distinguir Vernazza entre los cinco pueblos coloreados de Cinque Terre. En lo alto del castillo la torre Belforte es un faro al que merece la pena subir para tener una perspectiva de 360 grados de la ciudad. En la plaza que da al mar conocida como “u cantu de musse“, es donde la gente local viene a encontrarse y charlar. El campanario de planta octogonal está coronado por una torre de cuarenta metros que distinguimos desde cualquier lugar. Santuario di Nostra Signora di Reggio: A las afueras de Vernazza, subiendo en dirección al cementerio del pueblo, se sigue caminando hasta el Santuario que se alza a 300 metros de altura. Hasta aquí vienen los excursionistas y peregrinos que han oído hablar del itinerario (Nº 8) Strada dei Santuari, que conecta con su trazado las pequeñas iglesias de Cinque Terre: el Santuario di Nostra Signora di Montenero  (Riomaggiore), el Santuario di Nostra Signora della Salute  (Manarola), el Santuario di Nostra Signora delle Grazie  (Corniglia) y el Santuario di Nostra Signora di Soviore  (Monterosso al Mare). Los turistas llegan a Vernazza buscando disfrutar el ambiente y la originalidad del pueblo. Por ello conviene quedarse una noche, disfrutar de su atardecer desde lo alto del camino de trekking que va a Monterosso desde donde la fotografía es impresionante, y donde provistos de unas bebidas uno va viendo como el sol cae iluminando las casas de color rojo, amarillo, rosa o granate. Vernazza como el resto de pueblos de Cinque Terre, en Liguria está conectado por la línea de tren regional que sale desde Génova hasta la Spezia con salidas continuas.


Corniglia: Corniglia es el único de los cinco pueblos de Cinque Terre que está en elevado. Mientras que Monterosso, Vernazza, Manarola y Riomaggiore se ubican en la costa, al final de torrentes de agua que desembocaban en el mar, Corniglia es un balcón que se asoma al Tirreno. Sus miradores nos descubren”, al sur Manarola y al Norte Vernazza y su centro histórico, pequeño pero calles pequeñas forman parte del conjunto de Cinque Terre que Unesco declaró como Patrimonio de la Humanidad. Sin duda Corniglia debió ser el punto más fortificado de la red de defensa que creó la República marítima de Génova en la costa de Liguria y Cinque Terre. Su posición en lo alto de la roca facilitaba esta labor, que además contaba con un castillo y una torre de planta octogonal (1556) que disuadían a los piratas. El pueblo surge a izquierda y derecha sobre Via Fieschi que va desde la parroquia de San Pietro hasta el mirador de Santa Maria entre tiendas de productos locales. El pequeño Largo Taragio es el corazón de Corniglia. Esta plaza es punto de encuentro, lugar donde las viajeros buscan el sol en las terrazas en invierno y la sombra en verano. Desde aquí accedemos a todos los puntos importantes de Corniglia, los miradores o las escaleras al puerto. La playa de Guvano en Corniglia es junto a la de Monterosso una de las mejores de Cinque Terre. Durante años fue territorio nudista y como se sitúa entre Corniglia y Vernazza para llegar hay que cubrir parte del Sendero Azul para acceder. Después de pasar la caseta donde empieza el itinerario hay que bajar una rampa de piedra para cruzar el puente sobre el Rio della Groppa. La tarjeta Cinque Card incluye el servicio del bus que conecta la estación de tren en la parte de abajo de Vernazza con el centro que está en lo alto del acantilado. La otra opción para llegar si hemos venido en tren es subir andando las 377 escaleras de la Lardarina.


Manarola: Manarola parece una flor envuelta en las hojas de los viñedos que como un bosque envuelven las terrazas de las colinas que la rodean. Cuando llegamos caminando por el Sendero Azul que conecta los pueblos de Cinque Terre descendemos desde Volastra como una pluma, lentamente, obteniendo diferentes vistas panorámicas del pueblo coloreado. Manarola fue el primer núcleo costero de los cinco que componen Cinque Terre. El cinturón de casas de colores que cuelga sobre los acantilados fue en otro tiempo una muralla y un bastión que defendían los ataques que llegaban del mar en forma de ataques berberiscos. El pueblo se articula en torno a la calle principal que cubre el antiguo torrente de agua Groppo. Desde la vía principal parten las callejuelas, conocidos como caruggi, que dan acceso a las casas o a  los huertos donde las vides llegan hasta el mar, produciendo un vino particular conocido como sciacchetrà que podemos degustar en los restaurantes, enotecas y en las bodegas donde se pueden hacer catas. Es recomendable acudir a la Cantina sociale, para probar los DOC de Cinque Terre. Según descendemos hacia el puerto resulta que encontraremos barcas “aparcadas” como si fueran coches, entre restaurantes y tiendas, como adorno turístico.  Las mejores fotos de Manarola se toman desde Punta Bonfiglio al que se accede desde el mismo puerto siguiendo el camino hacia la derecha. Allí se ubica un pequeño parque, todo en un paisaje sensacional. La Via del Amore, excavada entre 1926-1928 durante la construcción de los túneles que conectan Cinque Terre,  se hizo célebre a nivel internacional por la espectacularidad del tramo que como una pasarela sobre el mar se asoma a los acantilados. De este modo la Via del Amore conectaba los dos pueblos. Cuando se acabaron las obras de los túneles el sendero costero permaneció para el uso de la gente que lo emplea para pasear. La belleza del recorrido induce a que con el tiempo se le denomine la Vía del Amore, como constatan las declaraciones de amor en todas las lenguas que hay durante el recorrido. Los restaurantes en Manarola están concentrados en el escaso espacio físico del pueblo. Nuestra recomendación es la Foccaceria Pizzeria Il Discovolo, que nos permite comprar alguna de las delicias de la gastronomía de Liguria y comerla sentados junto al mar. La mejor forma de llegar es en tren, el medio de transporte que conecta los cinco pueblos de Cinque Terre de forma cómoda y rápida. El tren regional llega hasta La Spezia y Génova, y tanto si venimos de Toscana, Pisa y Florencia, es la mejor opción. La estación de tren está fuera del centro, cerca de la Via dell' Amore.


Riomaggiore: Riomaggiore es final o comienzo de etapa según hayamos iniciado nuestro recorrido de viaje por Cinque Terre. Si llegamos desde la Spezia será nuestra primera toma de contacto; y si por el contrario hacemos el circuito de norte a sur acabaremos en Riomaggiore nuestro periplo. Su nombre lo recibe del torrente Rivus Maior, que fácilmente hace adivinar la cantidad de agua que trasladaba desde la montaña hasta el puerto del pueblo.  Al igual que sus “pueblos hermanos” , Riomaggiore cautiva con sus casas de colores descolgadas sobre la roca, en un ejercicio imposible de equilibrio. En los días de oleaje el espectáculo del mar bravo azotando el mínimo puerto de Riomaggiore es fascinante, con fotógrafos arremolinados esperando la “gran foto”. Los barcos que conectan los diferentes pueblos de Cinque Terre ni siquiera pueden atracar por lo que deberemos buscarnos la alternativa en tren para recorrer el resto de pueblos. El puerto es en realidad aprovechado en una ensenada natural entre dos grandes rocas, una fisonomía de Riomaggiore que apenas se ha modificado. Su tamaño es mayor que Vernazza, Manarola y Corniglia y por extensión y servicios es junto a Monterosso el más grande de los pueblos de Cinque Terre. Las calles de Riomaggiore siguen como un río en camino al mar que sirven para cruzar como terrazas panorámicas los niveles de altura hasta el castillo que es el punto más alto del pueblo. Las coloridas casas suelen tener dos accesos, uno inferior y otro del lado de la montaña, al segundo piso. Desde la piazza del Sagrato donde está la Chiesa di San Giovanni Battista, la más importante del pueblo, de ahí ascendemos hacia el  Castillo de Riomaggiore (siglo XIII). Los escollos que como garfios se enfrentan al mar sirven de puntos panorámicos para tomar fotos de Riomaggiore y sus casas de colores. Detrás del puerto, hacia al sur está el punto de atraque de los barcos que hacen la ruta marítima de Cinque Terre e inmediatamente después la playa de Riomaggiore que calma el calor del verano con su baño fresco. La estación de tren está separada del pueblo por la colina del castillo pero gracias a un túnel se conecta con el centro de Riomaggiore.


Los principales manjares de las Cinco Tierras son: pescados, mariscos, verduras y, el muy famoso, vino Sciacchetrà, para degustar en sus restaurantes y fondas. Entre otros platos infaltables tenemos: embutidos (prosciutto, salamis variados), carbonara (spaghetti con tocino), tagliatelle (especialmente con ceps – Boletus Edulis), y pizza.  Los hoteles de 3 estrellas valen € 136,80 por noche, y dormir en un 4 estrellas en Cinque Terre cuesta € 162,34 la noche. Recuerde, más allá de Roma y Venecia está Cinque Terre, con sus encantadores pueblos de brillantes casas, empotradas en los acantilados, con olor a mar. Una experiencia única para vivir, soñar y descubrir.

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