Montreal, urbe cosmopolita y vanguardista.
Vanguardista, innovadora, multicultural. Así es Montreal, la villa que encanta con su estilo chic europeo y a la vez sorprende con su vibrante naturaleza. Montreal fue fundada en 1642. Se sitúa en la isla del mismo nombre entre el río San Lorenzo y la Rivière des Prairies. El idioma oficial es el francés y su moneda el dólar canadiense. Lo invitamos para que sepa cómo tomarle el pulso a esta deslumbrante urbe. En Montreal se entremezclan el pasado y el presente. Y para empaparse de ese pasado lo mejor es perderse por las calles adoquinadas del Viejo Montreal (Metro Place-d’Armes) donde sobreviven edificios del siglo XVII y se ven pasar elegantes carrozas como en las épocas gloriosas. Estar en el Viejo Montreal es como estar en París, con sus fachadas de piedra gris y sus elegantes boutiques, galerías de arte, cafés y bistros repletos de gente. Y es que Montreal ha sabido conservar su patrimonio histórico. Su iglesia madre, La Basílica de Notre-Dame (réplica de la famosa catedral parisina) es considerada uno de los patrimonios religiosos más preciados.
El ambiente mágico del Viejo Montreal contrasta con las calles pavimentadas, edificios modernos y la vida agitada del centro financiero que hacen recordar que Montreal es, ante todo, una metrópolis moderna. La Place Ville-Marie (Metro Mcgill), donde se encuentra el primer rascacielos de Montreal, es uno de los iconos de la ciudad moderna. El edificio con forma de cruz de más de 40 pisos fue construido en 1962 como la sede del Royal Bank de Canadá. En su azotea, un faro giratorio ilumina el cielo, y la ciudad es visible a más de 50 kilómetros de distancia. Environment Canada (Metro Jean-Drapeau) es un museo dedicado al agua y al medio ambiente cuya esfera constituye uno de los edificios más importantes de la historia de la arquitectura contemporánea y El Centro Canadiense de Arquitectura (Metro Guy-Concordia), con sus fascinantes exposiciones temporales sobre edificios, arquitectos y movimientos arquitectónicos, merecen una visita. En El Parque Olímpico, se encuentra la mayor torre inclinada del mundo (175 metros) desde donde se obtiene una vista de 360 grados de la ciudad.
Para otra vista magnífica de la ciudad, colóquese ropa cómoda, buenas zapatillas y diríjase a la cima del Mont-Royal (Metro Mont- Royal). El parque, obra del paisajista Frederick Law Olmsted, ideólogo del Central Park de Nueva York, está trazado por senderos boscosos que en otoño deleitan con sus tonalidades naranjas y amarillos. El monte es uno de sus lugares favoritos de los montrealeses para hacer deportes y recrearse. La Laguna de Los Castores, en el corazón del parque, es el escenario ideal para un picnic veraniego o para patinar en invierno. Algo diferente ocurre los domingos de verano. Una multitud de gente se reúne a los pies del cerro para bailar al ritmo de los sonidos africanos del tamtán. Esta celebración se viene repitiendo hace más de treinta años y nació a partir de un grupo de percusionistas que buscaban un lugar confortable para tocar. Tanto ha sido el fervor que hoy es parte de la cultura callejera de Montreal. Mientras, en las laderas del cerro, decenas de personas con capa, escudo y espada en mano simulan una batalla medieval. Una prueba de que los montrealeses saben divertirse.
El Plateau Mont Royal (Metro Mont-Royal) destaca por ser uno de los barrios más hippies del mundo. En sus viviendas residen músicos, artistas y escritores. Aquí se mezclan elegantes dúplex de techos puntiagudos y escaleras de hierro con boutiques, tiendas de ropa alternativa, librerías, teatros, tiendas gourmet, bares y restaurantes. El Parque La Fontaine es el corazón del barrio: en verano se presentan conciertos de música y obras de teatro mientras que en invierno la gente se entretiene patinando en su laguna congelada con música clásica de fondo. Como buenos franceses, los montrealeses no conciben una cena sin un buen vino. Muchos restaurantes del Plateau permiten a los clientes llegar con su propia botella, fíjese en los que tienen el letrero “apportez votre vin” ya que no cobran por el descorche.
Montreal no sería un innovador centro de arte cultural sin el trabajo de sus galeristas, quienes se han encargado de recolectar obras de artistas de todo el mundo. Muchas de estas galerías se ubican en la Rue Sherbrook y en sus alrededores; allí se exhiben pinturas, dibujos, grabados y esculturas de reconocidos pintores europeos y norteamericanos del arte moderno como Miró, Picasso y Chagall y de Québec, Lemieux, Borduas, Riopelle y Pellan. Si lo suyo es el arte contemporáneo, El edificio Belgo (Metro Place Des Arts) es un gran lugar para descubrir las tendencias del arte actual. Situado en la Rue Sainte-Catherine, esta antigua fábrica-almacén alberga de las mejores galerías de arte contemporáneo. Montreal tiene cientos de increíbles cafés indie, que sirven espressos, cappuccinos o lattés para hacer felices a los clientes. Sin importar donde camine, se topará con locales donde están disfrutando de una taza caliente de café, lugares coloridos llenos de plática y ambiente.
Montreal cuenta asimismo con una vasta gastronomía, pero si de cocina local se trata, haga una parada en Schwartz’s (3895 Boul. St-Laurent, Metro Saint-Laurent) y encontrará el mejor sándwich de carne ahumada. Este lugar donde se come de pie es una institución de la ciudad, por lo que no se sorprenda si encuentra una larga fila de comensales. Si de comida francesa se trata, Une Crepe? (425 Avenue du Mont-Royal Est, Plateau Mont Royal) cuenta con una amplia carta de crepes salados y dulces a precios convenientes. Otra especialidad de la región son las famosas poutines, un mix de patatas fritas, queso fresco y salsa de carne que, por su alto contenido calórico, es el mejor revitalizante para los días de invierno o después de una salida nocturna. La Banquise (994 Rachel Es, Plateau Mont Royal) es un restaurante amigable abierto las 24 horas, ofrece más de veinte variantes de este singular plato. Eduardo (404, avenue Duluth E) es una buena alternativa para los amantes de la comida italiana por sus buenos precios y porciones generosas. También son famoso el pastrami y los bagels típicos de la ciudad, con un sabor muy diferente al de otros lugares, La panadería St Viateur, es el mejor lugar para disfrutarlos.
Siempre hay algo novedoso en Montreal. Ya sea un festival de jazz, cine, cerveza, arte, fuegos artificiales o globos aerostáticos. La gran carpa del Cirque du Soleil en el Viejo Puerto siempre es una buena apuesta para ver lo mejor de las artes escénicas. El Barrio de los Espectáculos, en el corazón de Montreal (Metro Place-des-Arts), cuenta con 30 salas para espectáculos, como las de la Plaza de las Artes, y varias galerías de arte y difusión de la cultura alternativa. Para conocer la cartelera de espectáculos, diríjase a La Vitrina, una taquilla centralizada como las de Londres, Nueva York y Boston, donde puede obtener entradas de última hora con descuentos considerables.
La ciudad cuenta con mas de 600 hoteles de distintos rangos y precios. La mejor manera de conocer Montreal es a pie o en bicicleta. Tiene más de 480 kilómetros de carril para bici y cuenta con servicio de préstamo de bicicletas (BIXI) a través de 300 estaciones repartidas en la ciudad. También puede alquilar un vehículo en tiendas ubicadas cerca de las principales ciclovías, como Cycle Pop. Las líneas aéreas que vuelan a Montreal son American, Delta United, Air Canada y Mexicana, desde Guadalajara, con una o dos escalas, viaje cuya duración oscila de 9 a 12 horas. Con una cultura incomparable y una fascinante historia que se combina con su arquitectura única y su apasionada atmósfera, Montreal expresa su alegría de vivir con sus tradicionales festivales, exquisita gastronomía, música en vivo, museos interactivos y muchas otras atracciones. Visite Montreal, la gran metrópoli de la provincia de Quebec y disfrute de la ciudad de habla francesa mas importante del continente americano. Un estilo para vivir.
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