En el año 79 de
nuestra era Pompeya sufrió uno de los desastres
naturales más violentos de la historia de la humanidad. Más de 2,000
personas murieron instantáneamente o quedaron enterradas vivas, debajo de un
manto de cenizas provenientes de la erupción del volcán Vesubio. Esta
ciudad romana fue fundada hacia el
siglo VII A.C., cerca de Nápoles, Italia, allí vivían en ese entonces 25,000
personas. Gracias a esa gran capa de cenizas que cubrió completamente todo,
la ciudad se mantuvo escondida y olvidada durante casi 17 siglos.
Desde
su niñez, el director Paúl W. S. Anderson se dejó seducir por el misterio y la
épica de la antigua Roma, particularmente, tras estudiar la historia de Pompeya
y la tragedia de la erupción del volcán Vesubio, así que a partir de 2008,
decidió llevar a la pantalla grande lo sucedido. La más grande explosión
volcánica en la historia será vista reflejada en la pantalla grande con el
estreno de este emotivo filme dirigido
por Anderson, que protagonizan Kit Harrington, Emily Browning y Kiefer
Sutherland. En Pompeya, el reconocido cineasta quiso mantener un relato lo
más fidedigno posible, por lo que consultó a historiadores y científicos. “Tuvimos
más acceso para filmar que cualquiera otra expedición. Fuimos al lugar y
fotografiamos todo. La metodología para realizar la película fue escanear las
ruinas, y el sedimento de las rocas, así que capturamos la realidad en
computadora. En la película se podrán ver ciertos elementos animados, pero el
modelo fue totalmente construido en la realidad”, afirma Anderson complacido.
Revivir
lo épico de un desastre natural en la gran pantalla implica grandes retos a
vencer, y el equipo de Pompeya tuvo que recrear no solo la erupción
de un volcán, sino también el consecuente terremoto, y la replica de un tsunami, que mas
tarde siguieron. “Pienso que la gente cree saber que fue lo qué pasó en
Pompeya. Piensan que hubo ríos de lava inundando las calles, pero no fue así.
Hubo lava, pero solo en el volcán, luego un tsunami, un terremoto, y rocas de todos tamaños cayendo desde
el cielo. La gente no alcanza a concebir lo intenso que fue, porque esto
sucedió durante la festividad de la ciudad, Vulcanalia, por lo que muchos
perecieron. Nos acercamos a historiadores y expertos de ese periodo, y aunque
los personajes son ficticios, el lugar y lo que les sucede es totalmente
fidedigno”, comenta Paúl.
No
obstante lo complicado de la producción, el realizador permite ver al
espectador los tres fenómenos naturales en el cierre de la trama, por lo cual
centró su esfuerzo en contar la vida de un destacado gladiador, el cual deberá
librar una serie de batallas en las arenas de Pompeya para salvar su vida y
conquistar el corazón de la mujer que ama. Para lograr la atención completa en
los personajes, llamó a Harrington, Browning y Sutherland. “La mezcla de amor, explosiones, desastres y
gladiadores es una combinación a la que pocos se pueden resistir, además es un
villano diferente a todos los que había hecho antes”, confiesa satisfecho
Sutherland.
Para crear las
vestimentas, la producción se basó en mosaicos y pinturas de la época. El
movimiento de las olas y la caída de las piedras fueron filmadas en velocidad
real. En total se filmaron 560 efectos visuales durante el rodaje. Las tomas
aéreas en la cinta se lograron gracias a fotografías hechas desde un
helicóptero. La escena más complicada de rodar, de acuerdo al conductor del
filme, fue la del tsunami. Para recrear las cenizas cayendo se utilizó un
producto realizado a base de papel. Una versión en formato 3D de este
largometraje puede verse asimismo en las salas.
“Las
ruinas fue lo primero que filmamos, la experiencia se sintió como estar en una
ciudad fantasma. El rodaje fue hecho en Toronto, Canadá, donde utilizamos los
sets más grandes de Norteamérica. Recreamos ahí las grandes calles de Pompeya.
Tuvimos que construir estructuras para controlar el ambiente, ya no hay
arquitectura romana en la actualidad”, señala entusiasmado Anderson. Originalmente, esta súper producción iba a ser
dirigida por Roman Polanski, quien pretendía adaptar el libro sobre Pompeya,
escrito por Robert Harris. El monte Vesubio sigue siendo actualmente un volcán
activo, rodeado hoy en día por una extensa área urbana que alberga más de tres
millones de personas. La posibilidad de que vuelva a hacer erupción se
considera probable. La última erupción del Vesubio ocurrió en el
año 1944.
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