“Yo
nunca podré ir a la escuela y tener una vida normal. Me agradaría intentarlo,
como lo hicieron otras niñas prodigio que eran millonarias después de ser estrellas
de TV, pero ese no es el futuro en el que yo me sentiría realizada. Más bien me
gustaría incursionar en la moda y exponer en Nueva York. Amo la fotografía.
Tengo una cámara Canon 5D especial. Incluso me interesaría dirigir un proyecto
mío pronto. Definitivamente estoy poniendo la actuación
en segundo plano, a pesar de que me encanto participar en Two And A Half Men, con
mi amigo Ashton Kutcher, o en So Undercover, junto a una actriz de gran talla
como es Demi Moore”, declara entusiasmada Miley Cyrus, la cantante en boga, que
rompe con los estándares actuales. Mientras los titulares con su
última frase polémica o foto provocadora siguen sucediéndose, la vertiginosa
carrera de Miley continúa, combinando estrategias comerciales y
apariciones musicales, enriqueciendo el controvertido historial de esta peculiar
intérprete.
Miley Cyrus nació en Nashville, Tennessee, en 1992. Es hija de Leticia Finley y el reconocido
cantante de música country Billy Ray Cyrus, quienes la llamaron Destiny Hope
(Destino, Esperanza) porque creyeron llegaría a conseguir grandes éxitos. Su
sobrenombre de "Miley" proviene porque sonreía mucho
("Smiley") cuando era pequeña. Creció en la granja de sus padres a
las afueras de Nashville. Miley se empezó a interesarse por la actuación a raíz
de su participación en el programa televisión que protagonizaba su padre,
“Doc”, donde personifico a Kylie, en 2003. Audicionó a finales de 2005 para lo que sería la nueva serie de
televisión de Disney Channel, Hannah Montana, siendo elegida para interpretar a
una joven dinámica e impulsiva que aprovecha cada momento para poder
sobrellevar una doble vida.
Es
así que Cyrus se convertiría en la artista juvenil mejor pagada del mundo en
2007. Firma contrato con Hollywood
Récords para iniciar su carrera como cantante y graba su primer álbum de
estudio titulado “Meet Miley Cyrus”. A
finales de ese año la revista Vanity Fair publicó una serie de fotos de la
artista en ropa ligera con fines artísticos, lo cual provocó una controversia
por interpretar en TV a una joven tímida e inocente, e hizo peligrar la
permanencia de la artista en la serie Hannah Montana, al ser considerada un mal
ejemplo para sus fanáticos según la empresa Disney.
Gracias
a ello el impacto de la
serie se extendió como reguero de pólvora, a la par que se
incrementaba la audiencia, la banda sonora de la serie se situó en el número
uno de las listas de ventas. Disney decidió entonces explotar ese filón de oro
y organizó en 2008: Hannah Montana & Miley Cyrus: Best of Both Worlds
Concert, una gira de más de 70
conciertos en la que la cantante y actriz interpretaba tanto sus primeros temas
como solista, como los de su personaje, recaudando 29 millones de dólares.
Antes de concluir el año lanzó su segundo álbum, Breakout, que se convirtió en todo un suceso comercial,
debutando en el puesto número uno del Billboard 200.
“Nunca
pude hacer un disco como quería porque Disney siempre estaba a mis espaldas
diciendo: ’Tienes que promocionar el show en los próximos meses, así que
asegúrate de que tu disco esté listo. Y cuando promociones el álbum, debes
promover el show, la película y el disco de Hannah Montana´. Estaba básicamente
haciéndome cargo de dos carreras, tratando de priorizar la mía. Ahora es como
ser una artista nueva, tratando de lograr una primera impresión. Creo que lo
mejor que he hecho es tener mis etapas de descanso, y aprender realmente a
vivir, para que la gente no me vea como era antes, Hannah Montana, la clásica
chica Disney. Actuaba en un show. Nunca fingí nada. Nunca jugué el juego de
Disney de sonreír y actuar siempre como la típica princesa. Esa no soy yo”,
puntualiza.
Y
como todo fenómeno necesita su propia película, en 2009 se estrenó en Estados
Unidos y varias partes del mundo la adaptación cinematográfica de Hannah Montana. La película,
cuya recaudación supero los 130 millones de dólares, para dejar al siguiente
año la serie, tras cuatro temporadas, empezando a cultivar una imagen más
adulta a partir de entonces tras el lanzamiento de su primer EP, The Time of Our Lives, con un
sonido pop más comercial, catapultando el
sencillo, «Party in the U.S.A.» hacia la cima.
“Estoy
contenta de poder ser mi propia directora musical. Necesitaba tener eso en mi
vida. Ahora mismo estoy en un momento cumbre, en el que no quiero ser
considerada tan solo un personaje. Me encantó todo el proceso de estar en el
estudio. Ha sido una de las mejores experiencias que he tenido, porque he
podido tomar el mando y hacer lo que realmente quería. He estado cerca de dos
años pensando seriamente en ello, y en que sería capaz de hacerlo bien, tomarme
el tiempo necesario, para saber que estaba lista para hacer un disco bajo mi
control”, afirma convencida.
Su
tercer álbum de estudio seria, Can't Be Tamed,
lanzado en 2010, y representó un nuevo sonido dance-pop. El vídeo musical y la
letra del primer sencillo, «Can't Be Tamed», retratan una imagen más sensual de
la artista, lo que le provocó críticas negativas en su país de origen. Por
ello, durante 2011 y 2012 Cyrus se embarcó en su primera gira mundial: “Gipsy Heart Tour”, entre Latinoamérica, Asia y
Oceanía, sin abarcar Estados
Unidos. En junio de 2013, la compañía discográfica RCA Récords lanzó
«We Can't Stop» como primer sencillo de su cuarto álbum de estudio titulado “Bangerz”, al
igual que «Wrecking Ball», que se convierte inmediatamente en el primer tema de
la cantante en alcanzar el puesto número uno en la lista Billboard Hot
100. Por ello, debido a su rotundo éxito en el 2013, los
canales MTV y ABC la nombraron Artista del Año.
“Tengo
que ser lo mejor de mí misma cuando la gente me mira. Pero no quiero llegar a
ocupar un sitio en el que me obliguen a ser de una sola forma. Debo tomar mis
decisiones, pensando en mí, y no en otras personas. No me quiero presionar en
ser un “modelo a seguir” porque tengo 21 años, y no me siento preparada para formar
una familia y llevar esas responsabilidades. Tampoco quiero parecer una persona
diferente a la que soy, porque ese no es mi trabajo, mi trabajo es hacer música
que le guste a la gente, y que les sirva de alguna forma de inspiración. Lo que estoy buscando hacer es mi propia historia”, señala
en forma vehemente.
Miley ha cumplido ya la mayoría
de edad, por lo cual puede manejar a su antojo su frenética carrera, situación
que podría impulsar todo lo antes visto y escuchado de la intérprete prodigio
de la música pop hasta ahora. Su nuevo look cambió algo más que su actitud,
pues desde entonces acapara portadas, con un estilo provocativo, e innovador a
la vez. Es el largo y sinuoso camino de la más rebelde de las chicas Disney,
que señala enfáticamente es hoy la artista que siempre soñó ser en el
escenario.
“Casi
toda la gente se pregunta por mis cambios, que si llevo el cabello corto o
largo, o si me visto de tal o cual
forma. A mi me da igual. La verdad es que quería un cambio total. Al principio
todo el mundo te odia si haces algo nuevo, y después, todo el mundo te lo va a copiar,
pero la razón principal por la que lo hice es porque quería verme
diferente. Me dijeron que tendría un estilo extravagante, que mi
vestuario, peinado y maquillaje le darían un giro radical a mi personalidad,
pero ahora creo que realmente me representan”, concluye en forma relajada la indiscutible reina de
las publicaciones.
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