Donna Karan: La modista de La Gran Manzana.
“Para mi diseñar es expresar quien soy, esposa, madre, artista y mujer de negocios, todos lo diferentes papeles que las mujeres de todo el mundo intentamos armonizar. Pero ante todo soy una mujer, con sus complicaciones, sentimientos y emociones. Donna Karan New York no es una marca. Es un estilo de vida”, declara convencida Donna Karan, la modista de la Gran Manzana. La diseñadora que, desde Nueva York crea estilos e impone tendencias en el mundo.
Donna Karan nació el día dos de octubre de 1948, en Forest Hills, Queens, Nueva York. Se crió en el seno de una familia relacionada con la moda en Woodmere, Long Island, con su padrastro, sastre, y su madre, modelo. Su verdadero nombre es de Donna Faske Ivy, pero en 1970 adoptó el primer apellido de su primer marido, Mark Karan, el hombre que le daría la fama. Karan es diseñadora y creadora de la marca Donna Karan New York y de las etiquetas de ropa DKNY.
Comenzó a interesarse por el mundo de la moda y el diseño y la confección a la temprana edad de catorce años, cuando empezó a vender sus diseños para la tienda Cedarhurst, en Central Avenue. “Nueva York es la ciudad más irresistible y dinámica del mundo. Existe una razón fundamental a el porqué Nueva York atrae a innovadores, emprendedores, visionarios y es que Nueva York cultiva creatividad y los éxitos más inesperados. Cualquiera puede llegar aquí y ser lo que desea ser. Mi carrera solo podía hacerse realidad en Nueva York”, indica.
Se graduó en la Hewlett High School en 1966 y luego pasó al colegio de diseño Parsons donde estuvo dos años. Se puso a trabajar para Anne Klein, de la que luego pasaría a ser Jefa de diseño en su equipo. Se casó con Mark Karan a principios de los años setenta, con el que tuvo a su hija, Gabrielle en 1974, que nació justo el mismo día que murió su ex patrona Anne Klein. Al principio de los años ochenta conoció a Stephen Weiss, un escultor y pintor profesional con el que se casaría en 1983.
Cuando los dueños japoneses de Anne Klein apoyaron a Karan financieramente para empezar su propio negocio, con tres millones de dólares en 1984, Weiss dejó de trabajar como escultor para ayudar a Donna con su nueva compañía, que debutó en 1991. Weiss fue toda una inspiración, no solo para su colección de ropa masculina, sino ademas lo nombró vicepresidente y después lo puso a cargo de los cosméticos de la compañía. “¿Qué siento cuando veo mis iniciales enlazadas con las de Nueva York? Siento emoción. Es un homenaje que le hago a mi ciudad. Soy una mujer sofisticada, que siempre va para adelante”, confiesa.
Karan mostró su primera colección para mujeres en 1985. Lo que la hizo famosa en la industria fue su línea de trajes elásticos. También se hizo conocida por su línea de gran éxito "esenciales", que ofrecía siete piezas fáciles (seven easy pieces), que todas las mujeres podían mezclar y combinar, creando un vestuario totalmente integrado. Enseguida, las mujeres en Estados Unidos quisieron que su ropa, aun siendo sofisticada y elegante, fuera a la vez simple y funcional, de preferencia en color negro, blanco y gris. “Mi filosofía evoluciona, pero nunca cambia. Tanto si se trata de belleza, como de moda, siempre se comienza por la mujer, su figura y sus emociones. Ella quiere seducir. Quiere sentirse cómoda en su vestuario y poder expresarse como es. Todo lo que siempre he diseñado y creado transmite creatividad y confort”, señala.
A partir de 1988 Karan fue nombrada “La Reina de la Séptima Avenida”. Con el tiempo amplió la línea de sus vestuarios para mujeres "Donna Karan New York” y sacó una linea más económica para mujeres jóvenes, llamada “DKNY”. Karan ha ganado innumerables premios y reconocimientos, como el Premio Coty por parte de los críticos de la moda en 1977, y lo ganaría nuevamente en 1982, junto con Louis Dell'Ollio para Anne Klein. “Lo que yo me propongo es crear una linea lujosa que ayude a simplificar nuestras vidas complicadas. A medida que ha crecido mi empresa he podido hacerlo de varias maneras: damas, caballeros, perfumes, ropa, belleza. Mi ropa es un estilo de vida, es un estado de ánimo”, afirma.
El Consejo de Diseñadores de Moda de América (CFDA) la nombró Diseñadora de Ropa Masculina 1992 y Diseñadora de Ropa Femenina 1990 y 1996. Fue galardonada con el Lifetime Achievement Award por parte de la CFDA en 2004. Ganó premios tres especiales de la CFDA en 1985, 1986 y 1987. También fue honrada por la Fashion Group International, en la noche de gala de las estrellas de la moda. Nueva York la acogió nuevamente en 2007 para la entrega del premio FiFi, que le concedió la Fragance Foundations por las Mejores Fragancias Femeninas y Masculinas del año. “Nueva York es cambio. Eso es Nueva York. Un horizonte siempre cambiante. La gente viene y va, la cultura está continuamente expresándose, las innovaciones están constantemente presentándose. Existe una inmensa energía en Nueva York. Puedes sentirlo en sus calles, es algo electrizante”, destaca.
No solo los diseños de Karan dan muestra de su discreción. La originaria de Long Island se caracteriza por ser una de las amantes de la moda que mantiene su vida lejos de los reflectores desde el inicio de su carrera. Karan es asimismo la creadora del ‘power dressing’, y funge como modista de cabecera de figuras como Hillary Clinton, Oprah Winfrey, Susan Sarandon y Barbra Streisand. “¿Quiénes son mis clientas ideales? Son mujeres sin duda fuertes y creativas que saben cómo usar la ropa. Siempre hay que arremangarse y empezar de nuevo, incluso si tienes un nombre establecido. Nunca debes decepcionar ni al público ni a la crítica”, asegura.
Frente a las excentricidades de otros célebres diseñadores como Marc Jacobs o la adicción a los clubes nocturnos de personajes como Halston o Diane Von Furstenberg, Donna siempre ha representado el lado serio y eficiente de la moda americana, tanto en su propia figura como en sus creaciones. “Soy una trabajadora compulsiva e incansable. Es un conflicto inevitable que llevo encerrado en el cuerpo. No lo puedo evitar, es una historia de amor y odio con la industria”, opina.
Donna Karan inventó una forma femenina de vestir, práctica, segura y activa. Sus siete prendas básicas revolucionaron la moda desde los años 80. Creó un guardarropa básico que no puede faltar en ningun armario: una falda cruzada, un body, un abrigo, un pantalón, un vestido, un jersey de cachemir y una chaqueta entallada, que lo mismo han vestido Kate Moss, Brooke Shields, Milla Jovovich, Demi Moore, Gwyneth Paltrow, Cate Blanchett, Meryl Streep y Lady Di. Para preservar la exclusividad de su imagen, la modista ha controlado hasta el más mínimo detalle de las campañas de publicidad, así como la distribución y marketing de sus productos.
Sus productos sólo se venden en un selecto y limitado número de boutiques y grandes almacenes de lujo. Bloomingdale's, Macy's, Saks Fifth Avenue, Neiman Marcus, Bergdorf Goodman, únicamente. Así es cómo ha conseguido, con esa afortunada mezcla de talento y olfato, dirigir un imperio que da trabajo a 2,500 empleados en Estados Unidos y a 16,000 mas en todo el mundo. "Estoy casada con mi compañía. Y estaré casada con mi compañía, tanto si estoy en ella, como si no". Diseño para hombres y mujeres de carácter internacional. Para una persona creativa que nunca sabe dónde va a llevarle el día. Esa es la naturaleza de mis creaciones", finaliza satisfecha la prestigiada modista de la alta costura.
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