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sábado, 18 de julio de 2020

Ennio Morricone (1928-2020): El compositor de la gran pantalla.

Ennio Morricone (1928-2020): El compositor de la gran pantalla.

He aquí una pequeña semblanza como homenaje a Ennio Morricone, uno de los compositores mas relevantes para entender al mundo del cine a través de la música, quien paso a mejor vida. A su paso, deja una carrera prolífica, varias de las melodías más conocidas de la meca del cine y uno de los últimos fragmentos del Hollywood clásico. Con la muerte de Morricone, el cine pierde a uno de sus compositores más prolíficos, el que creó un brillante lenguaje entre cine y televisión a través de partituras inolvidables. Con una educación musical clásica, el compositor logró extrañas combinaciones tonales, que incluían silbidos, campanas, guitarras eléctricas, voces soprano sin palabras y coros completos. Su trabajo se convirtió en símbolo de un tipo de creación que no sólo incluía cierto aire clásico, sino la experimentación contemporánea. Morricone fue un icono del mundo del cine Europeo y ya para las décadas de 1960 y 1970 llevaba escritas  150 partituras, todo una récord para un compositor musical de cine. No obstante, la mayoría de su trabajo fue para películas que jamás se estrenaron en Norteamérica, lo que provocó el curioso efecto de que su trabajo conquistara a un pequeño y selecto grupo de amantes de la música, antes que a los cinéfilos. Los comienzos de Morricone mostraron lo más romántico y encantador del compositor, pero también su talento para la experimentación, sobre todo gracias a su colaboración en las películas de suspenso italianas de la década de 1970 como El pájaro con el plumaje de cristal de Dario Argento. El músico creó en total 500 partituras para películas de cine y televisión, un amplio legado que permite comprender su trabajo a una escala magnífica.

Morricone inventó un nuevo concepto sobre el uso del score y el soundtrack en el mundo del celuloide, además de crear una mirada atractiva y potente sobre la música como un elemento esencial al momento de crear atmósferas. Una y otra vez, Morricone supo encontrar un lenguaje que brindó personalidad, sustancia y poder a las más diversas historias. A lo largo de 50 años de carrera, Morricone creó partituras clásicas cinematográficas, que incluye los famosos spaghetti westerns de la década de 1960, hasta revisiones modernas del género como El bueno, el feo y el malo, de Sergio Leone en 1966, Once Upon a Time in the West”(1968) también de Leone hasta clásicos modernos como The Mission (1986) de Roland Joffé y Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore en 1989. Para Morricone, la música era un elemento simbólico en el mundo del cine y se esforzó por crear las que son seguramente varias de las bandas sonoras más reconocibles: Sergio Leone, de quien era amigo de la infancia, contó más de una vez que ambos llevaban a cabo un proceso individual para cada una de las escenas, que incluía imaginar la música como un nuevo personaje. El resultado era una versión musical sobre el guión que sostenía el argumento con una insólita fuerza. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas honró a Ennio Morricone con un Oscar honorario por “sus magníficas y multifacéticas contribuciones al arte de la música de cine”. Sin embargo, para Morricone, el mundo del cine norteamericano fue un terreno al que no terminó de acostumbrarse jamás. Altivo, extraordinario, inmenso, el maestro Morricone deja a su paso, un tipo de creación musical para cine, que refleja su pasión y amor por el séptimo arte, sin duda su mayor atributo. Descanse en paz este prolífico compositor. 

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