María Reyna Gonzalez, la primera soprano mixe.
Enrique Alonso Cervantes
“Yo siempre digo que el canto me eligió a mí, porque desde que yo tengo memoria me ha gustado mucho cantar y mis padres no sabían nada de música. No tocan, ni cantan. Siempre me llamó mucho la atención, yo creo que es porque desde niña había escuchado tocar a todas las bandas filarmónicas que hay en mi pueblo”, indica emocionada Maria Reyna Gonzalez, la primera soprano mixe en nuestro país, sin duda, un ejemplo de esfuerzo, perseverancia y superación. A veces, el talento está en donde menos lo esperan, o mejor dicho, en donde nadie lo busca. Uno pensaría que los grandes cantantes se encuentran en elegantes salas de conciertos o en exclusivas escuelas de música, pero no siempre es así. Esta es la historia de María Reyna, una mujer oaxaqueña que salió de su pueblo para cumplir su sueño de ser cantante de ópera. Cuando en 2012 González López grabó un video de YouTube para su madre en su lengua original, el mixe, jamás se imaginó que sería escuchada por más de 10 mil personas. Se celebraba por entonces el día de las madres y María Reyna se encontraba en Guadalajara, había ido allí para trabajar en el aseo de casas con el fin de estudiar español y seguir con su carrera de cantante, la cual había determinado desde que entró en el coro de su escuela.
“Yo siempre hablaba en mi lengua natal, pero mis padres no hablaban español. Para el 10 de mayo de 2012, preparamos una canción para mi madre, Täak Unk, que significa ‘Madrecita’. Es de mi abuelo, Palemón Vargas. Decidimos montar algo que fuera mío, de mi raíz, que partiera de donde vengo, con la ilusión de que por fin me iba a entender mi madre cantándole una canción en mi lengua natal”, señala orgullosa. Amigos de Maria Reyna subieron el video a redes sociales y un mes después la llamaron de Oaxaca para su primera presentación. “Ni siquiera tenía nombre todavía, allá me bautizaron como María Reyna, La Soprano Mixe”, rememora. Algunas personas tienen la habilidad de cantar, pero pocas tienen el privilegio de hacerlo “bien”, o sea, con la facultad de transmitir sentimientos, impactar o conmover a las personas, despertar emociones y, por ende, deleitar el oído con un sonido agradable, sin importar el género musical del que se trate. María Reyna es una de esas personas que nacieron con la habilidad de cantar de una manera extraordinaria. Sin embargo, su carrera como soprano no ha sido nada fácil, a pesar del gran don que tiene.
¿Qué es un soprano?: Es el término se utiliza para denominar a la voz más aguda de todas las que forman el registro vocal humano. Las voces clasificadas como soprano son claras, nítidas, con un gran alcance para los sonidos agudos, consiguiendo además niveles altos de volumen y extensión. Su historia: González López nació en Santa María Tlahuitoltepec, Sierra Mixe de Oaxaca. La tradición musical no le viene desde su casa, aunque los mixes son famosos por su mundo musical, y son además conocidos como El Pueblo Jamás Conquistado; en su lengua, mixe es ayuuk ja’ay y significa “la gente del idioma florido”. En los montes y colinas, María cantaba, siempre lo hizo. “Nací en Santa María Tlahuitoltepec. Fue ahí donde empezó todo, entré al coro, me escogieron como solista porque a mi maestro le gustó mucho mi voz que destacaba entre las demas voces los niños. Me gustaría que la gente viera que sí hay mucho que aprender cuando uno canta, lee cuentos, declama poesías; con mi canto quiero transmitir que respetes y que valores tu lengua materna”, expresa.
Así, sus primeras actuaciones serían en el coro de su escuela en Santa María Tlahuitoltepec. Cuando entró en el coro de la escuela ya no paró. A los doce años formó su primer grupo con su maestro de música, quien se ocupaba del teclado y ella de la voz. Luego comenzaron a tocar en restaurantes, y así pudo pagarse la secundaria. Para poder continuar con su carrera como cantante, María necesitaba dominar el español, en su localidad la mayoría de las personas hablan en lengua mixe, por lo que a los quince años se trasladó a Guadalajara para trabajar, seguir estudiando y practicar el idioma. Con la ayuda del profesor Joaquín Garzón descubrió hasta donde llegaba el potencial de su voz. Garzón se dio cuenta que María tenía voz de soprano y le enseñó óperas en italiano. Maria Reyna siempre sintió la música, sabía que lo suyo era el canto, al igual que su cultura. Cuando habla sobre su carrera nunca se refiere a sí misma como individuo, sino como miembro de un equipo de trabajo que integran el propio Garzón —quien se encarga de los arreglos musicales y el piano—, Javier Vargas —quien escribe y traduce las canciones— y Gabriela Avendaño, su representante. Actualmente cursa la Licenciatura en canto en la Escuela Diocesana de Música Sacra en Guadalajara. Luego de años de trabajo, tanto en el ámbito de la música como en la cultura de su pueblo, ha logrado una increíble simbiosis entre la ópera y la lengua mixe.
Gracias a la fama que adquirió en redes sociales fue invitada a dar un concierto en mixe en el emblematico Teatro Juárez de Oaxaca, donde interpretó canciones en su lengua natal y algunas en italiano, con lo que demostró una vez más su inigualable talento para cantar ópera. Hoy tiene 26 años y el video que hizo para su madre ha sido visto por miles y miles. Su carrera va en aumento, se ha presentado asimismo en sitios como el Palacio de Bellas Artes, en la Ciudad de México, Nueva York y Santiago de Chile. Termino de grabar su primer álbum en lengua mixe, pero también en zapoteca y en maya. Se titula Un solo latido y se lanzó este año. “Cuando era niña y estaba triste, iba a las montañas, me acostaba y escuchaba los latidos de la tierra, los sonidos de las estrellas, los cantos de la luna o de las constelaciones o el rugir del centro del mundo o el silencio o la paciencia y la soledad, hasta el silencio tiene sus sonidos y sus encantos porque es la magia, el lenguaje de la magia, es por ello que los músicos y los poetas somos los sacerdotes del alma en la sierra”, confiesa.
Para María es fundamental quitar el estigma que segrega las lenguas indígenas en México. “Existe la discriminación de algunas personas y eso hace que se avergüencen de hablar su lengua. Yo no. Siempre me he mostrado y me he sentido orgullosa de donde vengo, del hecho de hablar mixe. Es que tú te muestres y te sientas orgulloso de lo que estás hablando, tu lengua, tus raíces y tu vestimenta”, enfatiza. La soprano indígena se presentó exitosamente en los Pinos el pasado 15 de diciembre. “Ser artista y estar con los reflectores es muy bonito, pero también es muy bonito compartirlo. Tengo un sueño muy grande que espero poder cumplir: una gira comunitaria. Debemos dar a conocer lo que es de nosotros. Quiero que vean que si hablas una lengua indígena, puedes subir a un escenario. Es una gran responsabilidad”, destaca. María es parte de una generación consciente que quiere darle difusión y protección a las riquezas de su comunidad. “Muchos artistas están rescatando, difundiendo, fortaleciendo sus lenguas, y yo como parte de ellos sé que es una responsabilidad mostrarlo, decir ‘valora lo que es tuyo, lo que tenemos en México’. Sobre todo sentirnos orgullosos de nuestras lenguas, nuestras raíces, usos y costumbres. Yo como indígena tengo que mostrar mi riqueza cultural, lo que es mi comunidad y mi lengua”, concluye satisfecha la joven soprano.
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