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sábado, 29 de marzo de 2014

De Guadalajara para el mundo: Maria Victoria.


María Victoria es un nostálgico libro abierto, es la figura siempre glamorosa, una estrella con más de seis décadas de trayectoria. Una mujer que ha luchado y ha disfrutado de la vida, al cadencioso ritmo y sensual estilo de: “cuidadito, cuidadito, cuidadito, porque yo sufro del corazón”, que enloquecía a los caballeros, y encelaba a las damas. María la de los inolvidables vestuarios entallados, rememora su paso en el hoy Teatro Blanquita, trabajando para la compañía de Paco Miller; ya que en esa época comenzó a usar sus característicos vestidos de sirena, "recuerdo que tenia que estrenar un vestido cada semana, y no tenia dinero, pero una vez me fui a recorrer el centro y me gusto un vestido entallado, sin tirantes. Lo modele para un desfile, y al final me lo regalaron. Fue todo un éxito, empezaron los hombres con sus silbidos, y supe que ahí estaba la movida" señala entusiasmada la interprete.
La actriz y cantante tapatía cumplió 75 años de carrera artística, y ofreció una emotiva plática: "María Victoria en primera persona" en el marco del FICG, en la que recordó detalles y anécdotas, como haber nacido en la calle Juan Manuel, y haber vivido su niñez y adolescencia a un costado del Hospicio Cabañas. Sobre si se considera una diva, la artista responde no, con sencillez. Dice ser una mujer como cualquiera, de hogar, con hijos, nietos y bisnietos, que gracias a Dios sigue vigente. "Una diva baila y canta, e igual puede cantar un bolero, que ópera, y hacer de todo, pues las divas eran antes muy completas. Ahora les dicen divas porque saben actuar, y salen medio vestidas, pero las verdaderas divas sabían cantar, bailar, actuar, y cantaban de todo: opereta, boleros, zarzuela", afirma convencida.
María Victoria, a lo largo de su carrera ha sido conocida como "La cantante del pujidito", o "La estatua que canta", cuando comenzó a cantar La Liga de la Decencia la censuró por entonar su emblemática melodía "Qué bonito siento". "No era la canción, era nomás que la gente la entendía por otro lado. Es una canción que decía: “Yo no sé qué tengo en mi pensamiento, que me roba el sueño, yo no sé qué tengo, pero qué bonito siento", frase que empezó hablando y terminó cantando, con su inigualable estilo, luciendo su silueta.
Por otro lado, reconoció que le fue difícil "caerle bien a las familias", pero agrego que con el tiempo la aceptaron gracias a su típico personaje de "Inocencia" en la serie "La criada bien criada". Su relevante incursión como actriz de televisión abarco de 1969 a 1983. Sobre si le gustaría que hicieran una película biográfica dijo: "Que pueden saber de mi vida, si ya lo saben todo. Me gustaría hacer películas como las que están premiando ahora, porque antes había muy buenas películas. Actores como los Soler, Jorge Negrete, Pedro Infante, María Félix, Gloria Marin. Y solamente había la Diosa de Plata, que era lo único que se daba. Ahora es otro publico", confiesa la artista conmovida. "Siempre he estado rodeada de buenos amigos en el medio, y casi todos ellos han sido mis compadres, empezando por comediantes como Cantinflas y el Piporro, entre muchos otros”, manifiesta orgullosa.
A María se le entrego asimismo el Mayahuel de Plata por su relevante trayectoria en México, y se le presento el libro "Nuestra María Victoria", escrito en coautoría de Ángeles Castro y Clara Sánchez, como merecido homenaje en vida a esta mítica figura de la canción, y estrella de cine de la época de oro. "Estoy encantada de la vida, doy gracias a Dios por tantos años de trabajo y esfuerzo, que me corresponden con su cariño en setenta y tantos años de carrera”, declara satisfecha. Mientras tanto, en algún equipo de sonido o estación de radio se escucha esa inolvidable frase que provocaba piropos hacia esta curvilínea cantante: “pero es que estoy tan, tan enamorada, como nunca lo había estado, en mi corazón hay fiesta, soy dichosa, soy feliz”.      





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