“Yo no tengo un
sonido definido. He
hecho un montón de discos, con un montón de géneros diferentes. Acompañado
especialmente del piano. Y por lo general hay un poco de humor en cada
producción, y en lo que es el sonido, pero no tengo en si un sonido preferido. En
cierto modo, lo mismo puede ser una virtud, o un defecto, el manejar un solo
estilo, pero para mi es difícil elegirlo. Encuentro valor en todo. No hay un
ritmo musical que no me guste. Esto hace que me sea más difícil tomar
decisiones sobre arreglos y colaboraciones, porque realmente no tengo un solo gusto,
ni un estilo definido”, declara en tono introspectivo Chilly González, el
reconocido productor, compositor y pianista, quien refiere haber descubierto su
vocación artística a través de los cómics, para a partir de ahí convertirse en
un superhéroe de la industria musical.
Jason Charles Beck nació
el 20 de marzo de 1972 en Montreal, Canadá, y comenzó a tocar el piano a la
edad de tres años. Terminaría su carrera como pianista clásico en la
Universidad McGill, donde componía letras y melodías para obras musicales,
principalmente de jazz. A principios de los años 90s formaría la banda de rock
alternativo Son, obteniendo un contrato exclusivo con Warner Brothers Récords,
lanzando la producción Suspense, que tuvo como éxito principal el tema “Levanta
el teléfono”, donde además destaca como productor autodidacta. Su segundo disco
de estudio seria Wolfstein, un álbum conceptual con una sensibilidad más compleja
y oscura, donde promueve la melodía de humor negro, “Haciendo un grito judío”, el
cual marca su despegue bajo el seudónimo de Chilly González, mostrándose como
un autentico innovador musical por derecho propio.
“Nunca podría
haberme imaginado que el piano se pudiera convertir en mi principal arma y mi
mejor amigo en mi carrera musical. Durante todo el tiempo el piano estuvo ahí,
las armonías estaban ahí, pero a veces pensaba mas en mi personaje y el humor.
El piano nunca fue algo forzado, me familiaricé con él rápidamente. Creo que
era una buena válvula de escape para mí. Siempre he tenido dos vías de obsesión
paralelas: el punto de vista estricto europeo, y el punto de vista mucho más
enfocado al entretenimiento, como es en Canadá o en EEUU, y del algún modo
siempre intento combinar tanto uno como otro hoy en día”, menciona relajado.
En 1999 González
decide irse de Canadá, ya que la música pop de su lugar de origen no comulgaba
mucho con sus ideas y conceptos revolucionarios, y al reconocer que no llevaba
una buena relación con la prensa local, por lo que toma como nueva sede
inspiracional la ciudad de Berlín, en Alemania, sitio donde podía comercializar
con entera libertad su novedoso concepto musical. “Creo que para mí la música
nunca es suficiente. Utilizo el humor como un contrapeso a la profundidad de
este arte, siempre he pensado que es una buena combinación. Me encanta Frankie
Goes To Hollywood, Morrissey y una serie de cantantes que toman una especie de desafío
al convertirse en estrellas del pop. Y luego encontré esa misma cualidad del
manejo de la provocación en la música rap. Así que me atraían más las
personalidades complicadas, y necesitaba más de eso, necesitaba ser más algo más
que un músico simple y serio. Necesitaba encontrar toda esa complejidad y motivaciones,
que hasta el día de hoy es una de las razones por las que amo tanto la música
rap, es como un retrato complejo del artista moderno”, señala en forma
vehemente.
Con este giro radical
de imagen vino otro cambio importante en el estilo musical de González. Tres álbumes
bajo el sello alemán Kitty-yo, compuestos alrededor del rap y sus influencias
musicales, a la par de sus habilidades como tecladista, expuestas en las pistas
instrumentales. Finalmente la critica y el publico europeo fueron mas
receptivos ante esta mezcla experimental y ecléctica, el tema “Groove, vamos
otra vez”, se convirtió en una de las pistas de baile más populares en bares y
antros.
Convirtiéndose así en
el indiscutible “Rey del Underground de Berlín”.
“El mundo es cruel a
veces y la música es un gran bálsamo para la gente, ya sea escuchándola o
haciéndola. Sin lugar a dudas no estoy solo pensando que uso la música para
reivindicarme ante la gente que al principio me menospreciaba. Construyo un
personaje, del mismo modo que lo hacen muchos raperos, o como lo hacían mis
cantantes favoritos de los años 80s, pero los músicos que suprimen esa parte o
pretenden hacer creer que no existe este elemento, son los que a mi me aburren,
ya que es el complemento que hace que nos subamos a un escenario, que nos
levantemos de la cama por la mañana y nos pongamos a trabajar y escribir nuevas
canciones”, enfatiza en forma seria.
En 2004 el artista
lanza un ambicioso álbum compuesto únicamente por material instrumental, Solo
Piano, y es aclamado tanto por la crítica como el público, dicha producción
atrajo a González hacia una nueva audiencia mundial en su trabajo. Solo Piano
ha sido lanzado a los cinco continentes, y es a la fecha considerado como el álbum
más completo del virtuoso. Mientras tanto Chilly se ha desarrollado como
productor de artistas Indie o alternativos como Jane Birkin, Leslie Zeist, o
Bjork.
“Si ustedes están
buscando a alguien con un sonido consistente, entonces no se molesten en
escucharme, porque yo no soy de ese tipo. Mi alma musical real es innata, se
nace con ella. En mi caso, fue una manera de ponerme a prueba con otros músicos
y conocer las actitudes desafiantes de la música y las ideas conservadoras que
hay en ella. Desde
que era yo muy joven podía escuchar piezas musicales en la radio, y reproducirlas
por el oído casi de inmediato”, relata emocionado.
En 2008 vuelve al estudio
con Soft Power, bajo la disquera Mercury Récords, como su obra líricamente más
pop en el mercado, con una marcada influencia de intérpretes como los Bee Gees
y Billy Joel, y es a partir de este disco en que decide empezar a cantar en sus
producciones. El 18 de mayo de 2009 en el Cine 13 Theatre de Francia rompe el
record mundial de más larga actuación de un pianista en solitario, con un
tiempo de 27 horas. A mediados de 2012 da a conocer el lanzamiento de su álbum
de estudio Solo Piano II, el cual es galardonado en los premios Polaris Music Prime.
Este 2013 hace una
colaboración especial con el dueto Frances Daft Punk en los temas “Da vida a la
música”, y “Dentro”. “Realmente he estado tratando de hacer bien todo durante
20 años y siempre he tratado hacerlo a mi manera. Siempre he sentido que tengo
que hacerlo al 100 %, y en mis propios términos. Me podrá gustar el jazz, la música
clásica, o el rock. Pero todo termina como hip-hop al final. Eso es lo que me
inspira y así es como yo veo la música también. Estoy
tratando de hacer rap a mi manera. Y cuento con mi propio sello para ello”, finaliza
animado el excéntrico artista.
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