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jueves, 10 de enero de 2008



LA NINFA

Es bella,
Suelta y liberada,
Inocente y coqueta,
Aunque
Frágil y delicada,
Ella:
Ninfula, lolita
O niña,
Una frágil mariposa
Que va emprendiendo
Su vuelo,
Un rostro limpio y
Un cuerpo claro,
Una cálida y tibia
Piel,
Tan suave, tersa
Y lozana,
Una delicada flor
Que lentamente va
Retoñando sus pétalos,
Unas mejillas rosadas y
Una mirada transparente,
Ella:
Tan grácil, ligera y
Liviana,
Luciendo cautivadoramente
Esplendorosa,
Reflejando al espejo
Su belleza,
Acrecentando
Día a día su
Naturaleza,
Reconociendo
En sí,
Uno a uno
Sus encantos,
Percibiendo y palpando
Cada fibra de su ser,
Como una tierra recién
Descubierta,
Como un universo en
Expansión,
Inacabable, inagotable,
Interminable,
Un repentino e impaciente
Dulce fruto,
Despertando los sentidos
Y desafiando la imaginación,
Una fresca e inquietante
Manzana de la tentación,
Aun integra, virtuosa
E intacta,
Que va esparciendo
Inclemente,
Su despiadado olor,
A ministerio publico,
Aprendiendo así,
Titubeante y cautelosa,
A ser toda...
¡Una mujer!


LA PALABRA

Lenta, suave, delicadamente,
Letra a letra gotea
La indescifrable palabra,
La irrepetible palabra,
Se cuelga de los acentos,
Y se aferra a los puntos y
Comillas,
Se describe, se oculta,
Se reconoce y desconoce,
Compone y recompone
Su estructura,
Tramite,
Adquiere una vibración,
Se incorpora a la lengua
Y entona,
Encuentra un sentido,
Un signo, un trazo,
Se asocia y se disocia,
Se integra y se disgrega,
A sí misma se fortalece
Y solidifica,
Flota,
Se eleva por el cielo,
Y esparce,
Te mira, te toca,
Te desea,
Se compromete consigo
Misma y contigo,
Se revela, se siente,
Se sabe,
Y es fiel a su naturaleza,
Razona,
Conforta, cobija y
Te cubre,
E inspirada y soñadora
Se recrea,
Aunque solamente sé
Refleja a través tuyo,
Y lucha incansablemente,
Hasta que se libera,
Para finalmente
Entregarse...
¡A ti¡


LIBRE ALBEDRIO

Lenta, muy lentamente
Caian las palabras,
Partiendo una a una
Nuestro ser,
Lastimándonos,
Alejándonos,
Inexorablemente
Fragmentándonos.
Pues nuestro amor era
Una ilusión que tarde o
Temprano,
Se nos haría pedazos,
Como una hoja arrancada
Desde la raíz.
Navegando Asi ambos entre
Solo mentiras y espejismos,
Encendiendo únicamente
Hogueras de muy corta
Duración,
Habitados vagamente por
Solo pasiones y deseos.
Tu y yo inquietando al
Sentimiento,
Pero quebrando a la razón,
Cual si fuéramos ciegamente
Hacia el precipio.
En la ansiedad de extraviarse
Por muy diversos caminos,
Aunque escondiéndonos
Invariablemente
El uno del otro.
Un idéntico espejo enterrado
En lo mas profundo de nuestro
Ser,
Reconociéndonos previamente
Condenados,
En este múltiple juego,
Del fortuito azar.


LIBRE CAUTIVERIO

En el frío silencioso e
Inmóvil de tu espejo,
Eres el espejo que no
Repite a nadie,
Eres el espejo que ya
Refleja otro rostro,
Donde habitas como
Un inviolable secreto,
Un elaborado misterio,
Donde tuya y mía es la
Soledad,
Es nuestro absoluto
Reflejo,
Entre el don de la
Memoria,
Y la virtud del olvido,
Ese desbocado tiempo
Inmemorial,
Con una memoria
Variable,
Donde nada queda
Pero permanece,
Como sí al único paraíso
Que aspiráramos
Estuviera de antemano
Perdido,
Donde ni tu ni yo nos
Engañamos,
Al mentirnos.


LLAMARADA

Y así, como siempre,
Es ella,
Habitando aquí,
Y en todas partes,
Mujer, aparición,
Realidad o sueño,
La que en mi sé
Oculta,
Pero permanece,
Si tan solo pudiera
Entrar de nuevo a
La corriente que
Fluye por tu cuerpo,
Cuerpo de carbón
Y de diamante,
El que al despertar
La noche,
Los vas despojando
De todos tus sueños,
En la triste y fría
Agonía de este lecho,
Cuando somos dos
Intensas llamas,
Que se encienden,
Se avivan
Y se apagan,
Hasta consumir
Poco a poco
Su fuego.

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