Seguidores

jueves, 10 de enero de 2008

LA CONDENA

Suspendida,
Casi al borde del precipicio,
No meciéndose.
Escapándose en el aire.

Agua sin beber,
Agua que no corre,
Estancada en su mismo sitio,
Por siempre.

Cayendo,
Hacia un lugar sin fondo,
Y Encadenada,
En la mas oscura cárcel.

Corriendo,
Hacia ningún sitio fijo,
Así huyendo,
De su propio cautiverio.

Ahogándose en sus rutinas,
Asfixiándose en sus costumbres.

Hundida solo en su memoria,
Dudando aun en lo que cree.

Causante directa de sus penas,
Víctima propicia de todos sus
Caprichos y pasiones.

Y frívola,
Seguidora fiel de mansas corrientes,
Tan solo apariencia ejerce,
Al más puro estilo.

Dilapidando lo que aun no tiene,
Mostrándose siempre con una
Caricia falsa.

Sin intentar siquiera romper su
Molde,
Una ilusa esperanza nunca mas
Asimilada.

Nostálgica ella de las desvergüenzas,
Pero Juzgadora típica de la moral.

Expulsada ya del paraíso,
Intentando recordar sí alguna
Vez fue antes.

Y así
La vida misma de cada uno,
Va enfrentando su destino.

Acostumbrada
Ya a cumplir con
“Una temporada en el infierno”.

Una vida triste,
Vacía y
Superflua.



LA COPULA

Pues bien,
Somos tu y yo,
Hombre y mujer,
Angeles, dioses,
Criaturas, demonios,
Sí, los dos,
Eternos creadores
De la vida,
Un cuerpo, una piel,
Unos huesos y carnes,
Habitando un lugar,
Un espacio, un tiempo,
Donde yo debo
Conocer tu secreto,
Y Develar tu misterio,
Descubrir tu mundo y
Recorrer tu universo,
Descifrarte y transformarte,
Habitarte y cohabitarte,
Recorrerte y navegarte,
Convertirme en tu punto de
Equilibrio,
Para ser tu mitad y complemento,
para así darte,
Una forma y un rumbo,
Y así poner en ti
La huella más indeleble,
Reconocerte para reconocerme,
Mente a mente,
Y sexo a sexo,
E Intentar fundirte y fundarte,
Sobre ti levantarme,
Endurecerme,
Y mantenerme firme,
Como una piedra o roca,
Adentrarme por tu oscuro túnel,
Para poder llevarte la luz,
Y humedecerte,
Ser una intensa cascada,
Que fluya adentro de ti,
Desbordarme y ahogarte,
Para así introducir gozoso
Mi semilla,
Y sembrar en ti
Una nueva flor o fruto,
Estallar y explotarte,
Para en un momento
Vivir y morir contigo,
Tan solo este instante,
Poseerte y entregarme,
Sostenerme en tu sensibilidad,
Liberarme y provocarte,
Mientras
De tu sonrisa vertical
Surgen las caricias,
Y de tus labios inferiores
Nacen los deseos,
Pues solo yo
Puedo cubrir tu herida,
Debo cerrar tu herida,
La cual sangra inclemente,
Cada treinta días,
En tanto
Orgulloso e incólume,
Voy
Acelerando tus sentidos,
Y partiéndote
El corazón.


LA DADIVA

Pues si, ya te llamare,
Tal vez mañana, no se,
Y así me digo siempre,
Ahora que el destino nos
Parte como dos mitades,
Para no pensar en ti,
Pero aun en mí pensándote,
Así, entre distracciones,
Disimulos y ensayos,
Y tú como una estatua,
Un maniquí de figura
Helada,
Como si no cubriera carne
Tu cuerpo,
En medio de una fría y
Pálida desnudez,
Tan estrecha,
Entregándome tan solo
Tu imagen,
Donde dejarte quererte
Es tu forma de quedarte,
Donde ofrecerte mis labios
Es tu forma de besarme,
Tú cercada inevitablemente
Por mis todas ansias, anhelos
Y afanes,
¿Por qué no te apagas en mí
Mente y vacías de mi corazón?
Si distancia es tu nombre,
Y ausencia tu apellido,
Tu, mi amor consumado
Y consumido por el tiempo,
Pues todo el amor que te sobra
Lo repartes cual si fuera limosna,
Sí, como un amor implacable
Que se regresa a sí mismo,
Como un recuerdo avivado,
Como un recuerdo apagado,
Que no encuentra memoria,
Ni olvido.


LA FINADA

Recostada,
Con esa pálida fisonomía,
Unos ojos cerrados,
Antaño maliciosamente oscuros,
Con una expresión de dolor entre
Los labios,
Un cabello revuelto y ensortijado,
En una extinta figura,
En su eterna vigilia de noche,
Con una memoria cerrada,
Y el corazón destrozado por dentro,
En medio de un ambiente
Melancólico y frío,
Ella, en un completo vacío
Sumergiéndose,
Entre el silencio y el desconsuelo,
Que se le deslizan por dentro,
Entregada a su destino y
Marchitada por el tiempo,
Allí, tendida,
Tan Vencida y rendida,
Donde tan solo reposa
En un extraño y descuidado
Aposento,
¿Hacia donde ira su alma?
¿Hacia donde habrá partido
Su espíritu?
¿Por qué se le terminaron
De pronto sus risas y caricias?
¿Por qué termino rodeada de
Lamentos y sollozos?
Sí, ella,
La tristemente inhabitada,
Yaciendo carente de toda
Ilusión,
Tan lejana a cualquier
Azul cielo o paraíso,
Olvidada por todos tan
Angustiosamente,
Sin encontrar ella sosiego,
Pero completamente descendida,
Que ya ni siquiera su pasado
Sobrevive,
¿En donde quedaría todo su amor?
¿En donde se extraviaría su tan
Efímera belleza?
Pues hoy todas sus pasiones
Son tan solo recuerdos,
¿Alguna vez llegara alguien de nuevo
A pronunciar su lejano nombre?
Mientras tanto,
Mi finada,
Dejare intacta tu soledad,
Mientras te vas lentamente
Desvaneciendo,
Durmiendo irremediablemente,
En ese profundo sueño,
Tú, la antes viva,
Y Ahora muerta,
La Sepultada totalmente,
Por mis recuerdos.

Y que en paz
Descanses
Por siempre.

Amen.

No hay comentarios: