Circo Atayde: La empresa del espectáculo más antigua de México y latinoámerica.
“Me atrevo a decir que somos el único circo mexicano actual con calidad, presentando opciones que si valen el boleto. El circo no va a terminar, puedes acudir a cualquier pueblo o localidad y existen muchos, cobran veinte o treinta pesos, pero a veces las personas salen defraudadas o decepcionadas. México sí es un país muy cirquero, es un negocio muy noble, pero el buen circo sí está en crisis. El boleto más caro del Atayde es de quinientos pesos y el más económico de ciento cincuenta. No podemos cobrar veinte o treinta pesos como los otros, porque no podríamos presentar un espectáculo de calidad”, señala Alfredo Atayde Chávez, director comercial y productor de El Circo Atayde, uno de los herederos del Circo Atayde, la empresa del espectáculo mas mas antigua de México y latinoámerica.
Corría el siglo XIX, huir de su casa, fue una de las más grandes aventuras que vivieron Aurelio y Manuel Atayde; un escape que les dejó el más grande de sus sueños. Desde pequeños sintieron el interés por llevar su vida sobre las cuerdas y formar parte de los mejores actos circenses. En 1874, los hermanos Atayde formaron parte de la compañía Maroma, donde comenzaron sus pininos en el circo. Tras de ser buscados por su padre, decidieron regresar a su casa en Zacatecas, pero sin dejar de practicar acrobacia. Luego de años de trabajo y perseverancia, la familia Atayde debutó con su primer espectáculo circense en 1879. De ahí comenzó su andar por los trapecios, un arte en el dejaban fluir su cuerpo para brindar entretenimiento y diversión al público. El Circo Atayde Hermanos dio su primera función el 26 de agosto de 1888, en Mazatlán, liderada por Aurelio Atayde Guizar, abuelo de la actual generación de empresarios y artistas.
Durante 1910, la carpa del circo Atayde Hermanos se convirtió en sede de un mitin antirreeleccionista encabezado por Francisco I. Madero, en el propio Mazatlán. Después de vivir durante la Revolución Mexicana aventuras difíciles de imaginar, y de llevar su espectáculo circense a diversos lugares de la República Mexicana, la familia Atayde decidió embarcarse rumbo a Centro y Sudamérica, en una gira que duró 20 años, periodo en el cual el Circo Atayde Hermanos pasó por un sinfín de experiencias, ligadas a la itinerancia propia de la vida del circo: grandes triunfos de crítica y de taquilla, fracasos, incendios de carpas, conatos de naufragios, terremotos, separaciones, decesos, nacimientos, y demás.
Hace más de 100 años el Circo Atayde recorría el país en ferrocarriles, de hecho, así transportaba a los animales, uno de los principales atractivos del espectáculo. Todo iba bien hasta que comenzaron a perder caballos durante la Revolución y decidieron partir de México. “No me puedo imaginar recorrer todo el Amazonas en esa época, ahora es mucho más cómodo ir de un lugar a otro. El circo tuvo que irse de México por la Revolución, así que estuvo por Centro y Sudamérica por más de 20 años, con gran éxito. A su regreso al país la gente pensaba que se trataba de un espectáculo extranjero, pero no, somos 100 por ciento mexicanos y actualmente se puede decir que somos el circo y negocio familiar más antiguo de toda América”, recuerda don Alfredo.
Han pasado 130 años desde que la dinastía Atayde pisó por primera vez una duela y puso su vida al borde de un trapecio. Por lo que celebraron la consolidación de su proyecto recientemente, del 27 de abril al 6 de mayo en la Carpa Astros, para así despedirse de la que fue su casa desde 1954, en la Ciudad de México. Hoy, a 130 años de su fundación, el 26 de agosto de 1888, fecha de su primera función oficial, el Circo Atayde no muere, sino se reinventa, afirma con orgullo Atayde Chávez, -nieto de Aurelio y Manuel-. “Desde que yo nací, como todos en la familia, sentí la necesidad de tener mi vida en el circo; estar ahí es mágico, ver las sonrisas de la gente y ver a las familias reunidas, es nuestra mejor recompensa, pero aún más, porque hacemos lo que nos gusta”, menciona.
Don Alfredo compartió que para ser partícipe del Circo Atayde, los aspirantes deben demostrar destreza y dominio sobre el escenario, ya que están obligados a mantener la mejor calidad, de acuerdo a sus capacidades y cualidades. Además, en el caso de que alguno de los integrantes de la familia desee participar en el show, antes deberá comprobar sus estudios académicos. La voluntad del Circo Atayde Hermanos por preservar la tradición, después de más de un siglo de actividades ininterrumpidas, no obedece simplemente a una conservadora elección arqueológica, estética o escénica, sino a un principio de fidelidad, de respeto a la historia, a sus antepasados y a la inmensa responsabilidad de ser depositarios de una herencia prestigiosa y viva, ser los guardianes en muchos aspectos de un imaginario familiar y colectivo.
“Es una profesión en la que somos afortunados, conocemos a personas de todos el mundo. La calidad que manejamos es muy alta y no le pedimos nada a ningún circo extranjero, incluso artistas extranjeros han trabajado en nuestro circo y viceversa, la puerta esta abierta, pero manejando una alta calidad”, subraya. Don Alfredo es llamado El Artista Invisible, “así le llamaba mi padre a la persona que se encargaba de la producción, pero su función es hacer que el circo funcione. Yo tengo que reunir los elementos para dar un show de calidad y tener siempre a los mejores artistas”, expresa. Confiesa que para el ser parte del circo Atayde es un arte noble: “la gente sale con nuevas experiencias, es algo gratificante que se vayan con un buen sabor de boca y un poco de felicidad”, enfatiza.
Desde hace poco mas de 50 años, uno de los mayores problemas que enfrenta el Circo Atayde ha sido la piratería y leyes que no regulan esto. En varios lugares se presentan circos apócrifos con su nombre y su calidad es tan mala, que los asocian con el original. Otro de los tragos más amargos para el Circo Atayde fue en 2015, cuando una reforma promovida por el Partido Verde Ecologista de México prohibió los animales en los circos. En ese momento los satanizaron por supuestos maltratos a los animales. Pero el Circo Atayde estuvo regulado siempre por la Semarnat y la Profepa. “En nuestro caso, siempre cumplimos con todas las normas de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, a la par. Tuvimos la fortuna de acomodar a nuestros animales en buenos santuarios y zoológicos, con tiempo de anticipación, pero compañeros de otros circos no tuvieron esa misma fortuna y murieron sus animales. Fue un movimiento político fuerte que nos perjudicó la imagen”, indica.
Ahora ya sin animales, la apuesta más fuerte del circo es la producción escénica. La temporada que comenzó la semana pasada contó con la participación de Érika González del Pliego (séptimo lugar mundial de Pole Fitness), el primer actor Esteban Provenzano, como maestro de ceremonia; los mejores clowns mexicanos, Paquín Jr. y Angelo; un ballet dirigido por el maestro Óscar Carapia (eminencia en la comedia musical en México), entre otros invitados especiales. “Somos la empresa de espectáculos mexicana más antigua del país, y somos un show reconocido en Europa y en otras partes del mundo”, expresa con orgullo. En el 2004, el Circo Atayde fue distinguido con la presea Pista de Oro, el más importante reconocimiento a nivel mundial otorgado por el Festival Internacional de Circo de Montecarlo. En 1998, en ocasión de su 110 aniversario y su gira por Estados Unidos, el periodista Kevin Baxter, de Los Ángeles Times, escribió: “En México, el apellido Atayde es sinónimo de circo. Los Atayde Hermanos deberían ser considerados patrimonio nacional, como la poesía de Octavio Paz o la fotografía de las películas de Gabriel Figueroa”.
En 2005 se firmó un Convenio con el entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), hoy Secretaría de Cultura, a través del Centro Nacional de las Artes (Cenart) con el objetivo de preservar, revalorar y desarrollar las artes de circo en México. Fue así que inició en el Cenart y en las instalaciones de Circo Atayde el Diplomado Hacia una Construcción Metodológica de las Artes de Circo. En su origen, este espectáculo circense reposaba sobre varios elementos constitutivos fundamentales: la doma de caballos y otras especies animales, los cuales ya no utilizan, debido a las normas de protección animal; la acrobacia aérea y de piso; los juegos malabares; la poesía y comicidad de los payasos; las contorsiones y el equilibrio; actos básicos de las artes circenses, cuyas variables son incontables, y que ahora presentan bajo una carpa que alberga en su centro una pista circular como espacio escénico. “El circo es el arte de la proeza y el asombro que impulsa la cultura de la imaginación y lo insólito, sin la necesidad de efectos especiales, computadoras o realidad virtual. El circo es una expresión cultural”, concluye convencido Atayde Chavez.
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