INNOVADOR, GENEROSO Y REVOLUCIONARIO: HUGO D`ACOSTA,
EL VINIVINICULTOR MEXICANO MÁS DESTACADO DE LA DECADA.
“Uno es el resultado del entorno donde vive, y a ese mismo se debe”, confiesa Hugo D`Acosta, el afamado enólogo mexicano de talla internacional, creador de Vino de Piedra (tinto) y Piedra de Sol (blanco), entre otras destacadas etiquetas del vino boutique mexicano. Antes de alcanzar el éxito con sus vinos, Hugo D`Acosta recorrió un sinuoso camino donde no le faltaron contratiempos ni fracasos. No solo hace de sus vinos novedosos e inesperados productos, sino que Hugo le mete creatividad a cada parte del proceso, tiene más de diez etiquetas mexicanas, esto, sin contar los mezcales, además de sus afamados vinos producidos en Languedoc, Francia. D`Acosta es un innovador que mantiene una búsqueda constante por descubrirle todo su carácter al vino de los valles de Ensenada, lugar donde creo su propia forma de hacer negocios, y donde con cada proyecto se atreve a desafiar a los grandes. Una de las cosas que mas le gusta hablar es sobre la mexicanidad de sus productos, “México es un país con una dinámica que pocos países tienen. México es un lugar con una fuerza, con una dimensión increíble. Nos merecemos comunicar nuestra modernidad. Somos producto de un montón de tradiciones y fricciones”, reflexiona. Después de estudiar la carrera de agronomía en Querétaro, a principios de los años 80`s, consigue una beca para estudiar enología en Francia, “Es como todo, es cuestión de oportunidades, estudie en la escuela superior de agronomía de Montpellier. Entonces, si bien es una escuela de renombre, y los franceses tienen un nivel de vida alto, como extranjero me costaba mucho trabajo adaptarme, pues no tenía el suficiente conocimiento anterior. Pero estando ahí te vas metiendo, y al final te recuperas”, señala. Europa le gusto y decidió alargar su estancia, pero esta vez en Italia. Fue en Turín donde el mexicano tuvo otra versión europea de hacer vino. El Piernonte, celebre región por sus Dolcettos, Barolos, Nebbiolos y Barberas, que le abrieron aun mas el panorama, “La manera de ser italiana es muy similar en muchos aspectos a la mexicana, lo cual me hizo sentirme como en casa. Vi otras cosas, como la parte del diseño, de la maquinaria. Los grandes talleres enologicos de Italia son algo increíble”, destaca. Cuando llego a Baja California en 1988 con la idea de mejorar y hacer vinos asombrosos en esta zona, este agrónomo quien estudio viticultura y enología en Francia e Italia, vio algo distinto en esta zona, diferente al resto del país, por su vocación natural de hacer vinos. Sin embargo, Hugo no busca hacer vinos de autor, sino integrarse de lleno al viñedo y tener la paciencia para leer lo que la tierra le dicte para cada uno de sus vinos. “No llegue a México con una apuesta definida, pero llegue ya con trabajo. Estando en Italia Casa Martell me contrato para ir a trabajar a Tequisquiapan, Querétaro. Era yo muy joven y no pude hacer migas con los dirigentes ni con la estructura. Así que pasado un año les dije que me iba, y resulta que me quede cerca de dos años desempleado”, recuerda contrariado. Es así que inicia su trabajo en Santo Tomas, para buscar refrescar una empresa con mucha tradición, pero con altibajos en su producción, siendo durante los doce años que trabajo allí que pudo gestar lo que seria su proyecto personal, que seria Casa de Piedra. Dicho proyecto mantiene la personalidad de la fruta de los valles de San Vicente y Guadalupe, con variantes características de los cambios de clima que se dan en esta zona, respetando la personalidad de la uva y del vino, sin modificar el resultado final con una gama de sabores y aromas amplio y expresivo. Luego D`Acosta participaría en el proyecto de la vinícola Guadalupe, en donde se buscaron mezclas luego de una selección y exploración de lo que podía hacerse con las variadas uvas de sus viñedos. D`Acosta considera en la actualidad a Santo Tomas como, “Mi gran escuela. Es mi espacio, es mi vivencia. Me ha dado todo, yo aposte a hacer con ellos todo lo que yo pensaba, y ellos a su vez me dieron la cancha. Todo ahí fue esplendoroso. Lo que yo quería era reivindicar el vino mexicano que tenia que ver con Santo Tomas, y este era mi único convencimiento”, afirma categórico. Tras doce años, Hugo cumplió su ciclo en su antigua vinícola bajacaliforniana, y es entonces que decide meterse de lleno a sus propios productos, de los cuales Casa de Piedra fue el primero y el más notorio hasta la fecha, “El éxito de Casa de Piedra se debe a varios factores. Es el compromiso de una familia que se atreve a hacer cosas. Y que luego sigue trabajando para hacer mejor las cosas. Ha sido un proceso dinámico y muy importante. Casa de Piedra ofrece dos vinos, Piedra de Sol, que es un Chardonnay, de la parte de nuestros viñedos que están más cercanos al mar, y que busca reflejar una frescura y una mineralidad característica de la región. Y el Vino de Piedra, que es una mezcla de tempranillo y Cabernet, que busca ser un vino extremadamente complejo, con tantos sabores como sea posible”, detalla. Este destacado enólogo ha buscado a través de los años fortalecer la región, apoyar a los demás productores en la elaboración de vino de calidad con su escuelita, donde enseña a ser un apasionado del vino, como una forma de vida, con un marcado respeto a la tierra. Protagonista de la revolución del vino mexicano, D`Acosta, además de ocuparse en sus proyectos vinícolas, dedica parte de su tiempo a adiestrar y asesorar a quien se lo pida, y esta considerado como el mas notable impulsor del vino mexicano en el mundo. “Creo que hay que tomar vinos que te den una satisfacción completa. Y creo que mi vino vale lo que cuesta, en términos no de imagen ni de exclusividad, sino de una uva seleccionada, por su aroma y su sabor”, concluye de manera modesta esta charla. Etiquetas bajo su firma: Vino de Piedra Piedra del Sol Espuma de Piedra Ensamble Colina Ensamble Arenal Emblema Ácrata Tacha Contraste Cinco Estrellas La Borde Vieille (Languedoc-Rousillon) Parteaguas (Languedoc-Rousillon) Los ángeles de Adobe Guadalupe Fecha (junto con Álvaro Ptacnik)
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