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viernes, 15 de junio de 2012



CHRISTIAN LACROIX: LA ALTA COSTURA ELEVADA A LA MAXIMA EXPRESION.

Sus colecciones son la perfecta conjunción de tradición y modernidad de acuerdo a los expertos. Se trata de Christian Lacroix, considerado como el último de los grandes maestros de la moda. Su gran sueño era confeccionar el vestuario para grandes obras de teatro, pero acabo dedicándose a la costura, o alta costura, como el mismo señala, a la que llena de expresividad y dramatismo. “Desde la edad de seis años adquirí el habito y el cuidado de inventariar escrupulosamente hasta el mas mínimo detalle en la historia de la moda. Hacia un pequeño listado de los posibles cambios en cada color, en cada dobladillo. Quería ser un diseñador de vestuario, mas que un reconocido diseñador de moda”, afirma. Christian Lacroix nació el 16 de mayo de 1951, y desde temprana edad acudía a los festivales de opera y a las corridas de toros con sus padres, siendo ahí donde vivió la experiencia de la cultural provenzal y gitana. En Arles, su ciudad natal, había un famoso carnaval anual durante toda la semana santa, en el que la gente del lugar, especialmente las mujeres, se vestían con sus mejores prendas, combinando vestidos de época, con encajes, tacones modernos y sombreros, siendo esta la primera fuente de inspiración para lo que seria la futura visión de la moda Lacroix. Christian acostumbraba desde joven ir a museos a admirar estilos y prendas de época, y disfrutaba a la vez de una sus máximas pasiones, la lectura, en su juventud se imbuyo El gusto por la obra del escritor irlandés Oscar Wilde, así como por la música del grupo británico the Beatles. Después de estudiar historia del arte en la Universidad de Montpellier, ingreso en la Sorbona, y de ahí paso a la Ecole du Louvre en 1973, institución dedicada a la semblanza de las bellas artes. Durante esa etapa Lacroix anhelaba convertirse solamente en un respetado conservador de arte, y es la época en que conoce a su futura esposa, Francoise, quien fue la que finalmente lo impulso a diseñar. Es así que a mediados de los 70s Lacroix conoce al experto en moda, Jean-Jacques Picart, quien estaba involucrado en diversas casas de alta costura, el cual ayudo tiempo después para que Christian comenzara a trabajar en la reconocida compañía de modas francesa Hermes, en 1978. Posteriormente, después de graduarse de la Ecole du Louvre en 1981, comenzó a trabajar para otra afamada casa de modas francesa, Jean Patou. Con la ayuda de Picart, Lacroix logro comercializar ropa de tendencia popular temporada tras temporada, cuyo estilo se caracterizaba por el uso de colores brillantes, el lujo y una moderna perfección en los acabados, que hicieron que Lacroix y Picart se convirtieran en los más populares diseñadores de ese periodo. Seria en enero de 1987 cuando Lacroix, ya separado de Picart, ganara el preciado trofeo como el diseñador extranjero mas influyente, por parte del Consejo de Diseñadores de Modas de los EEUU, e inaugurara su propia casa de alta costura, revolucionando las pasarelas mostrando un estilo desenfadado, lujoso y a la vez con un impecable toque juvenil, donde resaltaban las líneas recargadas, que brillaban sobre cada una de las prendas, cual si fueran hechas por un artesano de la alta costura. “Mas que admirar un siglo en particular, me gusta el cambio, el vaivén de una moda a otra, el filtro de una época sobre otra, esto es lo que mas me ha apasionado. Todo vestido viene a ser una especie de hibrido, o un vestido de vestidos”. Afirma categórico el destacado modista. Más adelante crea la destacada línea Pret-a-Porter, cuyos diseños se inspiraban en diversas culturas, aunque con un estilo más sencillo y cómodo, para usar a diario. Los críticos en ese tiempo comentaron que parecía que Lacroix no comprendía el tipo de vestuario que la mujer trabajadora necesitaba. Es por ello que en 1989 Lacroix en franco desafío a ese reproche lanza una serie de colecciones donde resalta el uso de joyas, carteras, bufandas, zapatos, anteojos y corbatas. Debido al inusitado éxito ese mismo año inaugura una serie de tiendas en Paris, Toulouse, Arles y Aix-e-Provence, en Francia, además de otras sucursales en Londres, Inglaterra, Ginebra, Suiza, y Tokio, Japón. A partir de entonces realiza, a la par de sus actividades en pro de la moda, numerosos trajes y diseños para obras de teatro por encargo, recibiendo en 2001 el premio Moliere como mejor creativo en la elaboración de vestuario para el drama y la comedia francesa. En 2003 firma un jugoso y a la vez polémico contrato para la creación de una serie de uniformes para el personal de la aerolínea francesa Air France. De 2002 2005 es nombrado director artístico de la casa renombrada casa florentina Emilio Pucci, a la que rescata de la ruina. Lacroix nuevamente sorprende a la crítica por su audacia, entrando al competido mundo de los perfumes ese mismo 2005, lanzando la fragancia Tumulto, en versión tanto para mujer, como para hombre. Sin embargo a mediados de 2009, tras 22 años en boga, la marca Lacroix enfrentaría una severa crisis, que prácticamente la llevaría a la bancarrota, ya que ese año invirtieron 30 millones de euros entre productos y diseños, recuperando solamente 10 de ellos, cayendo en poco mas de 35 % sus ventas en el mercado femenino, debido al empuje y oferta de otras marcas, lo cual obligo al modista a terminar de una manera modesta, pero ingeniosa, sus colecciones de fin de año, creando vestidos en base a retazos de temporadas anteriores. La firma llego a tener en ese entonces 60 tiendas en Francia, y un total de mil puntos de venta alrededor del mundo, entre ellos México. Tras poco mas de un año fuera de circulación, en 2011 la firma catalana Desigual rescata al genio de la moda y lo patrocina para la creación de su colección Dream, para mujeres, y la de Monsieur Lacroix, para hombres, con diseños estilo barroco, bastante coloridos, elaborados a base de encajes. Es partir de ahí que Christian Lacroix resurge entre las cenizas y se convierte en el diseñador exclusivo de figuras como Jennifer Aniston, Christina Aguilera, y Lady GaGa, además de vestir a parte de la realeza española, como la Infanta Elena y su hermana Doña Cristina, a partir de este 2012; y por si fuera poco, ha cumplido finalmente su mas anhelado sueño, ya que la Opera de Paris lo contrato para realizar el vestuario clásico de obras para su celebre ballet. “La moda que hago consiste en vivir la vida de acuerdo a lo que sientes, y así encontrar tu yo verdadero, mas que tener un logotipo mío colgando sobre la espalda”, concluye este vanguardista artista desde la comodidad de su taller en Barcelona.

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