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viernes, 18 de abril de 2008



NADIE MAS, NADIA...

Truncada ya tu vida,
Cortada la flor de un tajo,
Se transforma tu belleza
En un lamento amargo,
Se pierden tus sutiles formas,
Se desdibujan tus contornos,
Se marchita ya mi rosa,
Sedienta toda de calor y agua,
Separada de su cuerpo y
Desligada de su alma,
Y tus cenizas, ahora sueltas,
Se esparcen libres por el aire,
Para congraciarse con la
Naturaleza,
La que en veinticinco primaveras
Mantenía repartidos todos tus
Sueños y esperanzas,
En tanto dejas mi voz callada,
Y enmudeces mis palabras,
Dejando mi hoja vacía,
Permanentemente en blanco,
Y tu recuerdo va adquiriendo
La inútil forma ya de todas mis
Caricias y abrazos,
¿Hacia donde van tus alas?
¿Hacia donde se dirigen tus
Pasos?
Se te escurrió el cuarto de siglo,
Se te borro de un trazo,
Y ni siquiera ya mi amor
Podría apartar a
La muerte de tu lado.
Hacia la ausencia te vas ya
Nadia,
Hacia el inaplazable ser no ser,
Para redimirte en la inadvertida,
La inalterable, la inalcanzable.
Pero no, no hay nada que
Germine o que florezca,
En esta tierra impía,
Ninguna, como tu, Nadia,
Y la vida es demasiado corta,
Para detener el tiempo,
Y remediarla.
Pero no, ninguna otra, Nadia,
Aunque no, alguna mas, Nadia,
Pues a pesar de esta indisoluble
E inacabable distancia,
Que tan cruel, hoy nos separa,
Seguirás siendo siempre,
Parte de todo lo que soy.


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