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viernes, 12 de abril de 2019

Alberto Cortez (1940-2019): El trovador de las pequeñas cosas.



Alberto Cortez (1940-2019): El trovador de las pequeñas cosas.

El último trovador latinoamericano, Alberto Cortez, falleció en
Madrid, España, debido a complicaciones de una hemorragia gástrica que
se le infecto, dejándonos un gran legado que nos hablaba de las
pequeñas cosas, de la épica de lo cotidiano. Sin duda, las canciones
Cortez, solían aludir a un universo doméstico, donde la relación entre
padres e hijos, las complicidades de la amistad, la ternura de un
perro admirable y las gestas del día a día, como plantar un árbol, la
dificultad de un amor a la distancia, o ver morir al abuelo, ocupaban
un lugar épico y necesario en la poesía hispanoamericana. Sus letras
contaban historias de lo que nos ocurría a todos a diario. En esa
narrativa de confección casera y accesibilidad inmediata radicaba su
mérito y atractivo. El creador de canciones sentimentales de altos
vuelos, comprometido asimismo con la misión de dar dimensión literario
a los textos, cantó a los clásicos del Siglo de Oro, así como a
Antonio Machado y Miguel Hernández, sin olvidarse de sus raíces
argentinas, de Atahualpa Yupanqui y de Carlos Gardel. La agenda del
llamado "cantautor de las cosas simples" seguía activa hasta sus
últimos días, dejando sin terminar una gira y la grabación de un nuevo disco 
por su repentina hospitalización.

El estilo vocal sentido y la vestimenta oscura de Cortez quedaron
asociados a una obra que conjugó sensibilidad poética y sintonía
popular. Sus encuentros con Facundo Cabral, Pablo Milanés, Mercedes
Sosa, Susana Rinaldi y María Dolores Pradera, entre otros, salpicaron
su prolífica carrera tanto en escenarios como en discos, mientras
seguía cantando a la melancolía, la reflexión filosófica y el
costumbrismo. Temas imprescindibles quedarán en nuestra memoria como:
Cuando un amigo se va, En un rincón del alma, Te llegara una rosa cada
día, Mi árbol y yo, Castillos en el aire, Como el primer día, No soy
de aqui, Callejero, etc. José Alberto García Gallo, su nombre real,
nació en 1940 en Rancul, Argentina. Los himnos de Cortez soportarán el
paso del tiempo y la muerte de aquellos que crecimos arrullados por
ellas. Esa nostalgia anticipada, esa rebeldía infantil y en ocasiones
hasta cursi, nos acompañará hasta la antesala de lo inevitable. Hoy,
Alberto Cortez cambia de escenario, partiendo hacia el firmamento,
para acompañar en la eternidad al callejerito y construir castillos en
el aire, mientras satisfecho tararea: “tenemos gratos recuerdos mi
árbol y yo”. PD: Cuando un amigo se va deja un vacío en el alma... 
Gracias por tanto don Alberto...!

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