PEQUEÑA PRODIGIO CON GRANDES DOTES:
DANIELA LIEBMAN.
Con apenas 12 años cumplidos, cinco de ellos ya como concertista, Daniela Liebman, nacida en Guadalajara el 14 de junio de 2002, es una niña prodigio, un fenómeno del piano, que ha viajado e interpretado su repertorio en varios países de América, Europa y Asia. En 2012 gracias a su indiscutible vocación y talento se convirtió en la primera latina en ganar el International Music Piano Competition, celebrado en EEUU. En charla para Cientouno, Ana Luisa Martínez, madre de Daniela, platica sobre la notable carrera de su hija, su desarrollo artístico y los planes a futuro de esta virtuosa ejecutante, quien a su corta edad ha pisado grandes escenarios como el Teatro Degollado, Bellas Artes y el Carnegie Hall, entre otros.
¿Cómo se organiza la familia Liebman, ahora que Daniela tiene agenda de presentaciones?
Ha sido una experiencia agotadora. Como el hecho de cambiar de maestro después de cuatro años, ha sido muy difícil. Pero estamos contentos, porque este nuevo maestro, Tamás Ungár, es muy bueno. Tiene nivel internacional, tiene muchos alumnos en competencias internacionales, y tiene muy buena química con Daniela. Sabemos que es lo que Daniela necesita. Tuvimos muy buena respuesta de parte de universidades de EEUU, pero Daniela necesita un maestro que le dedique mas tiempo para su formación como músico, y eso ha sido un alivio para la familia. El radica en Forward, Texas, y Daniela lo visito hace unos días. Anatoli Zatin, Su maestro en Colima, es una persona muy ocupada.
¿Daniela ha tomado vacaciones o ha seguido trabajando normalmente?
Por fortuna, su papa es músico y ha estado en lugar del maestro. Ella ha estado aprendiendo piezas sola, y se sigue presentando. Tiene un ritmo de trabajo, y eso le ha servido mucho. Ahora tiene mucha mas responsabilidad, y le gusta esa responsabilidad. Ha progresado mucho, y trata de subir por ella misma. Ha subido mucho en cuanto las piezas.
¿Qué universidades han mostrado interés en instruir a Daniela?
Care St. en Filadelfia y Unión en Nueva York. Son las dos únicas universidades en EEUU que tienen Pre-college. Los amigos de mi esposo, que es norteamericano, la oyeron, y tuvimos muy buena respuesta. Así como también en Europa. Es muy difícil, porque aparte de la competencia entre niños, hay algunos maestros que no toman niños. Regresaremos a Guadalajara en agosto, después de pasar por varios festivales. Daniela tocara en septiembre en Orlando, Florida, con la Filarmónica de Orlando, y después siguen Los Ángeles y San Diego.
¿Daniela tiene un notorio talento, pero hasta que punto la familia Liebman ha tenido que modificar su plan de vida, por apoyar el sueño de su hija?
Para nosotros la música clásica no es una imposición. Antes de tener a Daniela, en mi casa había música clásica, así que solo hubo cambio de practicante. Ahora Daniela es la practicante. Si ha cambiado mucho. Ahora Daniela ya no va a la escuela regular, y viajamos mucho. Cambio en los hábitos de preparación, en hacer mas contactos, y ayudarla. Para mi ha sido educativo, y esto es algo que cada vez disfruto mas. Ahora viene lo difícil. Daniela, con 12 años, cada vez se acerca mas al mundo de los adultos, y ahí hay mas competencia. Sabemos que si la dejamos, se pierde tiempo y su habilidad empieza a decrecer. Afortunadamente esta mi esposo. El tuvo una educación fuerte en la Escuela de Música de Eastman, Nueva York, y tiene todas las bases. Así que vamos bien con ella.
Daniela nació en una familia de artistas, su padre, Robert, es violinista y su abuela fue concertista de piano. Su educación musical empezó con la práctica del violín, pero una vez que tocó el piano que sus padres le compraron cuando tenía tres años, sus manos ya no se despegaron de ahí. Las primeras lecciones las recibió por parte de su padre, y a los siete años ingresó al Instituto Universitario de Bellas Artes de Colima, bajo la tutela del reconocido maestro ruso Anatoli Zatin, compositor, músico y director de orquesta, quien la impulso a desarrollar su talento, y le inculco la disciplina de practicar el piano cuatro horas diarias.
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