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domingo, 24 de febrero de 2008




DEBAJO DE TU PIEL

Amparo de día
Consuelo de noche,
Las palabras nacen en tu boca,
Surgen en tus labios,
Cuando eres ya la princesa
De cabello castaño,
De mirada celeste,
Y piel de nácar,
La incondicional,
La absoluta,
La irredenta,
Pero el deseo no eres tú,
Ni tampoco lo soy yo,
Somos los dos actuando,
Somos los dos interviniendo,
Nosotros mismos lo perpetuamos,
A través de la piel,
Del cuerpo,
Del sexo,
En la unión de nuestros genes
Y el intercambio de fluidos,
A través de la profunda noche,
En la que, suaves,
A un compás amoroso,
Deslumbran,
Implacables,
Nuestros cuerpos,
En ese lugar esencial,
Ese sitio intimo,
Ese rincón intrínsico,
Inigualablemente compartido,
Mientras intentamos prolongar,
Alargar y dilatar
Este momento,
Aunque infructuosamente,
Más allá del enigma,
Del secreto,
Del misterio,
Entre el placer de sentir el cuerpo,
Y el dolor de sentir el alma,
Cuando el amor es una certera
Flecha envenada,
Que se nos va clavando lentamente
Adentro del corazón.

MANANTIAL

Cuando ya me concentro
En tus delicadas partes suaves,
En tus tiernos sitios calidos,
En tus húmedos lugares blandos,
Cuando ninguna palabra tuya
Me es visible,
Y sin embargo
Inesperadamente me tocan,
En tanto fluyen nuestras
Desnudeces en infinita
Procesión,
Entregándonos intensamente
A un solo ritmo amoroso,
Extendiéndonos y contrayéndonos,
Recubriéndonos y atravesándonos,
Mientras me sostienes, firme,
Con mi virilidad entre tus piernas,
Para después adentrarme en ese tú
Punto preciso,
Y cubrir delicadamente la parte
Oscura de tu centro,
Y fluir desatadamente
Con el ímpetu de un rió,
Con la fuerza de un oleaje,
Para enseguida humedecerte,
Confrontarte y desbordarte,
Para confluir contigo
Despiadadamente
En el sexo a sexo,
Y hacerte gemir de placer
Y dolor a un solo instante,
En tanto vamos ambos flotando
Hacia un universo infinito y
Distante,
Cual si estuviéramos en el
Mismísimo espacio levitando,
Mientras ansioso trato
De crearte e inventarte,
En conjunción contigo,
Y contigo conjugarme,
En tanto surge,
Repentinamente,
Entre nosotros,
Un hondo y tibio
Manantial blanco।

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