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jueves, 17 de enero de 2008



ENTRELAZADOS

Que quietud tan profunda
Mientras la noche afuera
Se tiende,
En tanto tu:
Acostada te entiendes y
Desnudada te extiendes,
A la espera de cumplir él
Exiguo instante del deseo,
En tanto aquí te visten mis
Sueños y te desvisten mis
Anhelos,
Y nuestros cuerpos se tensan,
Forcejean y luchan,
Hasta que al final se rinden y
Entregan,
Y el tiempo de este breve espacio
Se detiene,
Pues para poder llegar a tu templo
Hay que seguir hasta el centro,
Donde yo beso tu delicada flor
Hoy conmigo compartida,
Cuando tu hermosa y altiva
Desnudes se abandona a los deseos,
Y es así como yo hurto y saqueo
Tu mas preciado tesoro,
Enlazando así nuestras carnes
Tibias y fragantes,
En repartidos besos y caricias
Que nos recorren por hileras,
Porque ahí mujer has cruzado el
Puente que te dirige hacia el abismo,
Hacia ese acto del amor que te lanza
Al precipicio,
Y entonces ahí me adentro en la
Penumbra de tus piernas,
De tus muslos que me enfilan a
Tu infinito y oculto vacío,
Donde ya no somos ni tu ni yo
Sino nosotros,
Confundiendo juntos las esencias,
Cuando tu sedienta esperas que
Brote ya mi manantial tan fugaz
Y claro,
Hasta vernos liberados y saciados
De la necesidad intensa de la carne,
Para con una misma pasión volver
A poseer lo que ya se ha poseído,
Pues solo así nacemos y morimos
El uno en el otro,
Que al final de la jornada solamente
Sé de ese vuelco enorme que me
Dejas en el pecho.

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